En el mundo moderno, donde se pasa una gran parte del tiempo en el trabajo, la salud mental a nivel laboral se ha convertido en un aspecto crucial para poder disfrutar de una vida plena.
Si bien, a menudo se le presta mayor atención a la salud física, lo cierto es que los especialistas advierten que es esencial reconocer que el equilibrio emocional desempeña un papel igualmente importante no solo para mejorar la calidad de vida de los empleados, sino para generar un impacto positivo en la productividad y en el éxito general de una organización.
Sin embargo, la salud mental de las personas en Colombia cada día se ve más afectada. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, el 4,7 % de los colombianos sufre depresión. Un trastorno que en algunos casos se presenta por causa de factores externos, pero que también pueden ser motivados por riesgos psicosociales relacionados con el entorno laboral.
“El estrés puede producirse por un mal ambiente o ‘clima’ laboral, ante lo cual aparece una reacción física y mental, en respuesta al cambio que afecta a nuestro círculo de trabajo o el emocional personal, y que tiene lugar en el entorno o puesto donde desarrollamos nuestro ejercicio profesional”, explica Marta González, profesora de EAE Business School.
De hecho, según La Organización de las Naciones Unidas, ONU, en el año se pierden alrededor de 12.000 millones de días de trabajo a causa de la depresión y la ansiedad, patologías que le generan pérdidas a la economía mundial, calculadas en un billón de dólares.
El estrés crónico en el entorno laboral puede llevar a un bajo rendimiento, ausentismo y falta de motivación, lo que repercute en la productividad y la rentabilidad de una empresa. Además, los empleados que no logran mantener un equilibrio emocional tienden a tener una menor satisfacción laboral, lo que puede resultar en una alta rotación de personal y una disminución del compromiso con la organización.
Por otro lado, el impacto en la salud física de los empleados no es menos preocupante. En efecto, cuando los empleados se enfrentan a altos niveles de estrés, ansiedad o desequilibrio emocional en el trabajo, su salud y bienestar general pueden verse afectados. Estos desafíos emocionales pueden conducir a dolores de cabeza, trastornos del sueño, fatiga crónica e, incluso, enfermedades cardiovasculares.
“Cuando hablamos de factores de riesgo psicosociales, hablamos de los que son propios del trabajo, por ejemplo, cuando se está constantemente expuesto a estrés, cargas laborales o jornadas extensas, es posible que todo esto influya y puede llegar a generar algún tipo de enfermedad. Cuando se presentan estos factores de riesgo es necesario evaluar e intervenir”, afirma Johana Ospina, docente del programa de especialización en Seguridad y Salud en el Trabajo de la Fundación Universitaria del Areandina.
El papel de las Organizaciones
El año pasado se estableció la Resolución 2764 de 2022, en donde se adoptan instrumentos para evaluar los factores de riesgo psicosociales en las empresas.
“De esta forma, las compañías y organizaciones públicas pueden verificar cómo está la salud mental de sus trabajadores y cuáles son esos factores de riesgo que influyen en las enfermedades, lo que permite determinar si hay algunos que están desencadenando depresión, ansiedad o estrés”, anota la docente de Areandina, Johana Ospina.
Es fundamental, además, que tengan políticas encaminadas al cuidado de la salud mental y el bienestar de quienes laboran para ellas.
Asimismo, los especialistas recomiendan generar entornos laborales más saludables, en los que los empleados se sientan valorados, motivados y capaces de dar lo mejor de sí; igualmente, consideran que deberían crear espacios en los que todos puedan expresarse sin temor y en los que se les brinde educación sobre resolución de conflictos.
Esto sin contar que para facilitar la vida familiar y social conviene manejar horarios flexibles.
Desechar la discriminación o evitar las preferencias hacia ciertos trabajadores; evitar las críticas destructivas y no constructivas hacia el empleado y mantener una comunicación asertiva y efectiva, evitando mensajes desmotivantes o amenazantes o que le indiquen a la persona que “no sirve”, son otras claves de acuerdo con la psicóloga Mara Tamayo.
Por otro lado, las compañías deberían tener en cuenta que como lo plantea Ana María Herazo, directora en Talengo, el estrés laboral es producido principalmente por cargas laborales muy altas, salarios no acordes con las responsabilidades, falta de respeto y presión laboral, entre otros factores.
Qué debe hacer el empleado
Para prevenir o manejar mejor las situaciones de estrés se le sugiere al empleado:
- Realice procesos de desconexión. “Nada de lo que pasa en la casa debe ser llevado al trabajo y viceversa”, anota el terapeuta Gustavo Andrés Bedoya Flórez. Asegúrese de tener tiempo para fortalecer sus relaciones sociales.
- Marta González, profesora de EAE Business School, señala que una buena forma de enfrentar el estrés laboral es considerar que aún cuando las crisis sean profundas, mayores pueden ser las oportunidades de salir fortalecidos, pues representan una oportunidad para cambiar, solucionar, crear o saldar necesidades y, finalmente, crecer.
- “Si está en una posición de liderazgo y se siente estresado, piense qué lo puede estar generando tanto en usted como en su equipo de trabajo y tome decisiones al respecto. Si no es algo solucionable, el ejecutivo debe estar abierto a identificar nuevas oportunidades profesionales, pues la salud mental está primero que cualquier tema laboral”, aconseja Ricardo Herrera, director en la firma global de búsqueda de directivos y consultoría de liderazgo Talengo, quien agrega que también es vital impartir en su equipo espacios de fortalecimiento de inteligencia emocional y de cuidado de la salud mental.
- Haga ejercicio tres o cuatro veces a la semana. Ojalá al aire libre. “Esto dado que el sedentarismo agrava el sobrepensamiento, es decir, cuando por un tiempo prolongado rumiamos ideas y situaciones”, comenta Bedoya.
- Asegúrese de tener una alimentación equilibrada y de dormir bien.
- Aprenda técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda y practique disciplinas como la meditación o el yoga.
- Durante la jornada laboral realice pausas activas, que le servirán para distensionar los músculos y recargarse.
- Deseche pensamientos negativos como “no puedo” o “no soy capaz”.
- Ponga en práctica la recreación lúdica y sana, como ver una película, charlar con los amigos, leer un libro o tener contacto con la naturaleza.
- Reconozca que tiene un problema y busque ayuda terapéutica, pues a veces es posible que ni usted, ni sus familiares se den cuenta de que usted sufre un problema mental. Además, no sienta vergüenza por ello.
- Genere una red de apoyo, pues a veces solo hace falta desahogarse con alguien dispuesto a escuchar.
Señales de alerta
Tal como lo menciona la psicóloga clínica de la Universidad del Valle, Mara Tamayo, la manera más sencilla de saber si la salud mental está afectada es evaluando si hay presencia de los siguientes signos y síntomas:
- Estados de tristeza, rabia y/o aburrimiento a repetición.
- Episodios frecuentes de llanto o pánico.
- Bajo rendimiento o incumplimiento de las tareas o metas pactadas.
- Errores en la realización de las actividades propias del área.
- Ausentismo constante.
- Problemas reiterativos en las relaciones personales dentro y fuera del entorno laboral.
- Aislamiento laboral y social.
- Enfermedades psicosomáticas.
*Con colaboración de Saray Dávila, del Semillero de Periodismo UAO-El País.