El proceso digestivo es una parte fundamental del funcionamiento del organismo, y el color de las heces puede proporcionar valiosa información sobre su salud y bienestar. Aunque puede parecer un tema poco agradable, prestar atención al color de las deposiciones es esencial para detectar posibles problemas de salud y tomar medidas oportunas.

Prestar atención al color de las heces es importante porque puede ayudar a detectar afecciones médicas de manera temprana, lo que facilita el tratamiento y mejora los resultados. Si se detectan cambios persistentes en el color de las heces o si hay presencia de sangre, es fundamental consultar a un médico para realizar una evaluación adecuada.

Además de observar el color, es esencial prestar atención a otros cambios en las heces como la frecuencia, la textura y el olor. Mantener una dieta equilibrada, beber suficiente agua y llevar un estilo de vida saludable también contribuyen a mantener el sistema digestivo en óptimas condiciones.

Las heces normales suelen tener un color marrón debido a la presencia de estercobilina, un producto de la descomposición de la bilirrubina, que a su vez es un pigmento proveniente del hígado. Sin embargo, el color de las heces puede cambiar dependiendo de varios factores.

A menudo las heces pueden tornarse del color de los alimentos que se consumen. | Foto: Getty Images

Dieta: los alimentos que consumimos pueden influir en el color de las heces. Por ejemplo, la ingesta de remolacha puede dar lugar a heces rojizas, mientras que los vegetales de hojas verdes pueden hacer que las heces sean más verdes.

Medicamentos: algunos medicamentos y suplementos pueden afectar el color de las heces. Por ejemplo, los antibióticos pueden hacer que las heces sean más claras o incluso blancas.

Enfermedades y trastornos: los cambios drásticos en el color de las heces pueden ser un indicador de posibles problemas de salud. Las heces negras o alquitranadas pueden indicar sangrado en el estómago o el esófago; las pálidas o grises pueden ser un signo de problemas en el hígado o el conducto biliar que dificultan la producción o eliminación de bilirrubina; y las rojas o con sangre podrían ser señal de hemorroides, fisuras anales o incluso problemas más graves como pólipos o cáncer colorrectal.

¿Cuándo y por qué las heces son amarillas?

Las deposiciones pueden tornarse amarillas debido a varias razones, y el color puede indicar diferentes condiciones o situaciones en el organismo.

Algunas veces estas están relacionadas con la bilis, un fluido producido por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. Este líquido se almacena en la vesícula biliar y se libera en el intestino delgado cuando se consume comida.

Si la bilis no se mezcla adecuadamente con los alimentos debido a problemas en la vesícula biliar o en el sistema biliar, puede dar lugar a heces de color amarillo pálido o incluso blancas. Esto puede ser indicativo de una obstrucción en los conductos biliares o de problemas con la vesícula biliar.

El color de las heces puede se producto de la salud digestiva. Foto: Thinkstock)

En un sentido similar, cuando el cuerpo no puede absorber adecuadamente las grasas, puede llevar a una condición llamada esteatorrea, que provoca heces voluminosas y de color amarillo aceitoso.

En cuanto a lo que corresponde al sistema digestivo, finalmente una situación que puede dar lugar a heces amarillas es el síndrome del intestino irritable, una condición gastrointestinal puede causar cambios en la forma y el color de las heces, incluido el color amarillo.

El consumo excesivo de alimentos ricos en carotenoides como zanahorias o calabazas también puede dar lugar a la aparición de deposiciones amarillas, que a su vez se emparentan con productos que contienen colorantes amarillos o artificiales.

Vale la pena señalar que el color de las heces puede variar en función de la dieta, la ingesta de medicamentos y otros factores temporales. Sin embargo, si las heces son persistentemente de color amarillo y no hay una explicación obvia relacionada con la alimentación, es importante consultar a un médico para una evaluación adecuada.

El color de las heces, especialmente cuando es anormal o va acompañado de otros síntomas, puede ser una señal de un problema subyacente que requiere atención médica oportuna.