El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés) explica los diferentes mecanismos que ofrece el estado norteamericano para que los inmigrantes regularicen su situación y accedan a privilegios de ciudadanía.
Por lo general, la condición que aspiran muchos inmigrantes es conseguir una Green Card, permiso de residente o llamada visa de residente, con la que posteriormente podría acceder a una naturalización, es decir, una condición muy parecida a la de ciudadanía norteamericana.
Los trámites para la Green Card incluyen hasta exámenes médicos en los que deben descartarse enfermedades que puedan ser un riesgo público como la gonorrea, lepra infecciosa, sífilis, linfogranuloma venéreo, tuberculosis y chancro.
No obstante, el principal requisito para obtener la Green Card es que el inmigrante debe ingresar al país de forma legal, es decir, con la visa americana, de lo contrario no puede tener un estatus que garantice su permanencia. En segundo lugar, la persona debe trabajar en una empresa reconocida por el Gobierno estadounidense y debe llevar una vida con buen comportamiento para mantener el permiso de residencia permanente.
Si logra sostenerse y permanecer por 5 años seguidos en Estados Unidos, sin ausentarse del país por más de 6 meses, de acuerdo con el Uscis, podría solicitar la naturalización de su condición de inmigrante.
En los casos que la persona esté por más de seis meses fuera del país, deberá demostrar que no es un abandono de su residencia, y si sale por un año o más, definitivamente perderá el estatus de residente permanente.
Hay que tener en cuenta que si un inmigrante obtiene la ciudadanía estadounidense puede perder por cinco causas, como son una salida deshonrosa de las Fuerzas Armadas, por negarse a declarar en una investigación del Gobierno (aplica solo antes de cumplir los 10 años de ciudadanía), vincularse a grupos terroristas, que se descubra una mentira en su proceso de naturalización, y por alta traición, en este caso, cuando asume un puesto público o entra a un ejército de algún país en conflicto con Estados Unidos.