Las temporadas más altas en New York se presentan en dos ocasiones. Una, en el verano de junio a agosto, y la otra, durante el invierno y las festividades, que se llevan a cabo desde noviembre hasta finales de diciembre.
Sin embargo, pese a ser temporada alta, muchos habitantes abandonan la ciudad en esa época. Por lo que se percibe una menor aglomeración incluso cuando el turismo está en su apogeo.
Durante la época de vacaciones de Acción de Gracias, Navidad y Año Nuevo, que se presenta en invierno, la afluencia de turistas es notablemente mayor. Lo que hace que haya una mayor saturación en la ciudad. De ahí que los precios de los vuelos y de los hoteles tiendan a ser más elevados, por la alta demanda que se registra en ese período de tiempo.
Mientras tanto, la temporada intermedia inicia desde marzo hasta mayo y de septiembre a noviembre. Pero aunque el turismo no alcanza su punto máximo en estas fechas, siguen siendo momentos sumamente populares para visitar la Gran Manzana.
Durante este tiempo el clima templado de la primavera y el otoño se volverá en los más agradables espacios para explorar la ciudad. Es posible recorrer la ciudad a pie y visitar los mercados al aire libre, mientras que en otoño, podrá disfrutar de los colores cambiantes de los árboles en Central Park.
Además, ambas estaciones ofrecen un clima agradable para una amplia gama de actividades. Debido a su creciente popularidad y menor afluencia de turistas, los precios tienden a ser comparables a los de la temporada alta.
En ese sentido, es de enero a principios de marzo, durante la temporada baja en Nueva York, la época más económica para visitar la ciudad. Durante este período, la ciudad se encuentra notablemente más tranquila, con tasas de ocupación hotelera por debajo del 90%. Además, es más sencillo conseguir reservas en restaurantes y entradas para el teatro.
Tenga en cuenta que para viajar a New York, el gobierno de los Estados Unidos pide visa americana para ciudadanos de algunos países, especialmente por razones de seguridad y control migratorio.
Hay que tener en cuenta que la visa es un documento que permite a una persona ingresar a suelo estadounidense por un período específico y para un propósito determinado: turismo, estudio o trabajo.
Además, el trámite de solicitud de visa contempla la revisión de antecedentes y verificación de la elegibilidad del solicitante.