“Las prendas denim no se lavan”. Es la contundente frase que lanzan algunos productores de prendas de vestir en este material, quienes aseguran que no es necesario y que es más, atentan con el buen envejecimiento del pantalón, camisa o chaqueta.
Esta semana se realiza en Medellín una edición más de Colombiatex de las Américas, la feria más importante que se lleva a cabo en la región y que este miércoles celebrará el Denim Day, un momento dedicado a toda la industria que en Colombia es una de las principales productoras de prendas en este clásico material, exportándolo a buena parte del mundo, incluido Estados Unidos.
Entre las empresas participantes se encuentra Expofaro, una fábrica antioqueña con más de 50 años de trayectoria que ha sobrevivido a todo, desde la apertura económica en los 90, el flagelo del contrabando, el boom de la producción asiática a muy bajo costo.
El cierre de Venezuela como socio comercial, que llegó representar el 60% de la producción anual de la empresa y hasta la caída del techo de una de sus fábricas que terminó con la destrucción del 90% de sus maquinarias, por lo que con cierta incertidumbre se encuentran atentos a la crisis y el cambio de medidas comerciales entre Colombia y Estados Unidos.
No es para menos, cuentan con la licencia para confeccionar prendas de grandes marcas internacionales, entre ellas Levis, la marca que en la segunda parte del siglo XIX tomó este material usado para prendas de trabajo, para marineros, mineros y muchos de los personajes que arriesgaron sus vidas en búsqueda de conquistar el lejano oeste.
Una empresa que con los años ha logrado tal nivel de tecnificación y precisión en su mano de obra calificada, que logran crear los clásicos en un proceso que no dura más de 20 minutos, hasta usar tan solo un libro de agua por cada cinco litros de tela.
En ella se realizan todo tipo de acabados, incluso muchos detalles que otras fábricas se niegan a realizar por su complejidad o largo proceso. Acabados como arrugados, desgastados e incluso algunos accesorios.
Estos complejos procesos que buscan hacer de las prendas piezas únicas, es una de las razones por las cuales sus fabricantes aseguran que no es necesario su lavado y que existen alternativas de limpieza para mantener su higiene y a la vez, no atentar con su buen envejecimiento.
El lavado, según sus fabricantes, puede acelerar el deterioro de la prenda, modificar su color y el cambio de su textura. Además, en el lavado, es una prenda que requiere una mayor cantidad de agua que otro tipo de materiales.
Algunos recomiendan, en el caso de optar por el lavado, hacerlo después de seis meses de uso de la prenda, o sólo hacerlo cuando realmente la suciedad no deja otra alternativa.
Una de las alternativa es limpiarlo con un antibacterial textil, dejarlo en el baño mientras las personas toman una ducha de agua caliente, que el vapor recoge el mugre, empacarlo en una bolsa plástica y dejarlo toda una noche en el congelador, para luego sacarlo y hacer un repaso con el antibacterial textil.
Un debate que no termina, pero en momentos de cambio climático, largos periodos de sequía, racionamiento de agua, altos costos del alcantarillado, empieza a ser una alternativa mucho más viable.
*Con información de Colprensa