Las familias en Colombia cada vez están comprando menos viviendas; de acuerdo con las cifras entregadas por Coordenada Urbana de Camacol, en el 2023 la venta de estos inmuebles disminuyó en un 44,9 %, es decir que se vendieron 106.554 casas menos que en 2022.
Asimismo, en enero de este año continuaron a la baja, con una disminución del 42 % en el primer mes de 2024, comparado con su homólogo del año anterior, es decir, un total de 130.744 unidades vendidas menos.
Los colombianos, ante las difíciles condiciones económicas actuales, están desistiendo de comprar vivienda, pero aún existen muchos que están buscando la manera de adquirir el hogar de sus sueños, ante lo cual hay que tener en cuenta todos los costos y variables.
Y es que comprar casa no solo se trata de desembolsar el dinero total que cuesta la misma, o el monto que entregue el banco o cualquier entidad financiera mediante un crédito más los intereses. También hay otros gastos que, a la hora definitiva, tendrá que costear.
Estos pueden dividirse entre impuestos vigentes y gastos notariales. En el grupo de los primeros, y si no aplican descuentos o exenciones, está el ya conocido Impuesto de Valor Agregado (IVA), el cual tiene una tasa del 19 % adicional para la compra de viviendas nuevas.
También está el Impuesto de Registro, que tiene un valor de entre el 0,5 y el 1 % del avalúo catastral del predio que se va a adquirir, y se debe cancelar por la inscripción de la escritura pública de compraventa. “Se paga sobre actos y contratos que por ley deben registrarse en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos”, explica la Gobernación de Cundinamarca en su portal web.
El tercer impuesto que debe costear y que va destinado al financiamiento de obras y proyectos de índole social es el de Beneficencia, el cual tiene un costo menor que el de registro, debido a que equivale a un monto de entre el 0,3 y el 0,6 % del valor del avalúo catastral de la vivienda.
Por el lado de los gastos notariales, en estos se encuentran los costos por la escrituración del inmueble a manera de honorarios, los cuales varían dependiendo de su valor, ubicación, complejidad del caso, número de folios, entre otros.
“En promedio, su valor corresponde entre el 0,3 % y el 0,7 % del valor del inmueble negociado”, explica la empresa Metro Cuadrado a través de su portal web.
Por último, estará el pago del certificado de libertad y tradición, el cual cuenta toda la historia del inmueble, desde quiénes han sido sus dueños a lo largo de los años como las hipotecas o deshipotecas que ha tenido, entre otros datos. Este documento es necesario para verificar la situación legal del inmueble y que no tenga gravámenes ni embargos.
Metro Cuadrado realiza un ejemplo con valores al azar para que conozca cómo funcionan estos gastos, a través de esta dirección de enlace.