Ciudades, ¿las que más contribuyen a la contaminación del mundo?

Las ciudades son responsables, en gran parte, del cambio climático, y lo seguirán siendo en el futuro porque cada vez será mayor la población urbana en el mundo.

Según datos de ONU – Hábitat hacia el 2050 habrá 2,5 mil millones de personas más residiendo en áreas urbanas. En contraste, cada vez habrá menos zonas verdes lo que empeorará el problema.

“Las ciudades consumen el 78% de la energía mundial y producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, abarcan menos del 2% de la superficie de la Tierra”, indicó la organización.

El alcalde de Cali, Alejandro Eder, en su discurso de inauguración de la COP16, la Cumbre de Biodiversidad más importante en el mundo, el pasado lunes 21 de octubre, también fue contundente sobre este tema. “Las ciudades tenemos la responsabilidad más grande con la conservación de la biodiversidad en el planeta”, dijo.

Anotó que el 80% de la población mundial vive en las ciudades: “Nuestro comportamiento está atentando contra las fuentes de vida que garantizan nuestro bienestar”.

Las islas de calor, la urbanización no planificada, la baja cobertura arbórea y el agotamiento de las fuentes hídricas son solo algunas de las consecuencias que recaen sobre la población urbana, insistió Eder.

Por su parte, el presidente Gustavo Petro, durante su intervención en la COP16, coincidió en que los que más afectan la vida en el planeta “somos nosotros, la humanidad”.

“La acumulación de capital, el crecimiento cada vez mayor de la ganancia, conlleva automáticamente al final de la vida si su impulso lo genera el petróleo, el carbón y el gas. El carbono que paradójicamente es también el elemento químico fundamental de lo orgánico, de lo vivo, es base de la muerte generalizada”, expresó.

¿Qué hacer desde las ciudades?

No obstante, algunas iniciativas de ciudades y gobiernos para frenar los gases efecto invernadero y preservar la biodiversidad, es urgente la implementación de políticas urbanas amigables con el medio ambiente.

En ese sentido, Paula Rodríguez Vargas, especialista en Ciudades, Clima y Biodiversidad de la WWF Colombia, subrayó que es “crucial el papel de las ciudades” dado que “el 75% del consumo de los recursos naturales se da para abastecer a las ciudades de alimentos, energía y materiales de construcción. Una cifra muy alta”, dijo.

Para la especialista, es importante, desde la planificación urbana, poder priorizar y mejorar las zonas verdes con vegetación nativa en parques metropolitanos, separadores y parques de bolsillo, los cuales deben estar conectados con las zonas rurales y ecosistemas estratégicos como los Farallones de Cali, para reducir un poco la temperatura y las islas de calor.

“En ciudades colombianas hemos hecho mediciones dentro de los corredores verdes, bajo la sombra de los árboles, y la diferencia de temperatura puede ser casi de 10 grados cuando se está debajo de un árbol”, indicó.

Agregó que, construcciones bioclimáticas, un consumo más consciente de los ciudadanos y el cuidado de los ríos, son factores decisivos para frenar la contaminación.

Katherine Ortegón, Directora de la Maestría de Sostenibilidad de la Universidad Icesi, precisó que el rol de las ciudades frente a la preservación de la biodiversidad “comienza por conocer, cuantificar y valorar los servicios ecosistémicos urbanos que tenemos, y nuestro rol como ciudadanos comienza con cambiar nuestras prácticas de consumo, siendo más críticos frente a qué compramos o consumimos y qué tan sostenibles son las empresas que nos proveen dichos productos y servicios”.

De otro lado, Iván Osuna, Director de la Maestría de Hábitat Sustentable de la Universidad Javeriana, de Cali, destacó que frente al crecimiento vertiginoso de las ciudades, se hace fundamental tomar acciones que mitiguen el cambio climático desde los núcleos urbanos y no solamente desde los bosques o zonas de reserva.

“Dentro de las ciudades hay que generar políticas que protejan el medio ambiente, hay que garantizar sistemas de transporte y edificaciones eficientes que consuman menos energía, agua y combustibles, para tener ciudades más eficientes en términos de sostenibilidad”, subrayó.

De ahí que sea fundamental controlar el crecimiento de la ciudad hacia sus bordes para evitar la ocupación de terrenos de cultivos o incluso de bosques. “Dentro de las políticas de desarrollo urbano se deben garantizar corredores ecológicos, espacios que permitan la conexión de la estructura ecológica de la ciudad, es decir, de los ríos con los Farallones; esto facilitará el buen desarrollo de las especies y que se conserve la biodiversidad natural de la ciudad”.

Richard Johnston, profesor adjunto de la facultad de Hábitat de la misma universidad, afirmó que lo primero que deben hacer las ciudades es invertir en infraestructura verde y azul como los sistemas urbanos de drenaje sostenible que “es básicamente levantar un poco todo ese concreto que se empeñaron en hacer en décadas pasadas, para que el suelo pueda recuperar su capacidad de absorción de agua y evitar inundaciones urbanas”, planteó el docente.

Cali sostenible

Finalmente, el alcalde Eder manifestó que para “reconciliar nuestra sociedad e impulsar una mayor conciencia ambiental”, la administración distrital formuló el Plan Maestro Ambiental con el que busca “alinear el crecimiento urbano con la protección de la biodiversidad y así ser una Cali sostenible”.

La meta es disminuir en los próximos años en un 30% las emisiones de gases efecto invernadero (GEI), con aportes desde cada sector: cultura, infraestructura, academia y hasta la movilidad. “Hemos iniciado la ruta hacia la descarbonización”.

Anunció además que en el Parque Nacional Natural los Farallones se construirá un Centro de Investigación Científica para la Biodiversidad y se fortalecerá el turismo regenerativo con la participación de la comunidad para salvaguardar este ecosistema.

“Este será un piloto replicable para preservar la naturaleza de las amenazas que representan las economías ilegales (industria de la cocaína y la minería ilegal)”, puntualizó Eder.