¿Porqué los hijos de Ricky Martin tienen dos papás?, las complicadas preguntas sobre sexo que hacen los niños y los padres deben aprender a responder

¿Por qué los hijos de Ricky Martin tienen dos papás, si yo tengo un papá y una mamá? Con esta pregunta le salió su hijo Stiven*, de 7 años, a María Constanza Silva*.

Ella se quedó perpleja, pensando qué contestar para que él entendiera. “Le expliqué que hay parejas del mismo sexo que se gustan y forman hogares. Y que cuando son dos hombres, como el cantante Ricky Martin y su pareja, alquilan el vientre de una mujer para tener hijos”. Su hijo, entonces, le comentó: “Ah, porque son gais”. “Ahí quedé plop de nuevo”, expresa la ejecutiva de ventas.

Impactada también quedó la comunicadora social Alicia Bermúdez*, madre de Sebastián*, de 11 años, cuando entró al cuarto de su hijo y lo encontró viendo pornografía. “Mi reacción fue la que ninguna madre debe tener: me enojé, le grité, le hice apagar el computador. En la noche, cuando ya me tranquilicé hablé con él, le pregunté por qué estaba viendo ese tipo de cosas y fue la oportunidad para que él me hablara de cómo niños de su edad ya están hablando del tema en el recreo, que tenía amigos que veían ese tipo de páginas, que sentían curiosidad por lo que les estaba pasando a sus cuerpos”.

Esa situación para Alicia* fue “un campanazo de alerta”. “Creí que hablar de temas de sexualidad con él sucedería a los 14, 15 años, y resulta que no. Entonces, luego de este episodio y después de leer artículos de especialistas he sido un poco más abierta con él y él se ha abierto conmigo. Por ejemplo, me ha preguntado por qué él tiene erecciones en la mañana, me ha comentado que eso le incomoda mucho; pregunta por qué le está cambiando su cuerpo, pues físicamente ya advierte novedades que en un comienzo le asustaban mucho. Eso que nos pasó sirvió para abrir la puerta a tocar estos temas, porque yo pensé que eso se iba a demorar”.

Son muchas las inquietudes alrededor de la sexualidad que albergan los niños, niñas y adolescentes de hoy, pues ellos tienen mucho más acceso a información a través de internet o de la televisión, que ya es mucho más explícita en cuanto a mensajes alusivos a relaciones sexuales, y a otros canales que no siempre son los más idóneos.

Sexualidad es cuando agarran a las niñas y las violan

Tatiana, 11 años, quinto grado de primaria

Sus preguntas no dejan de sorprender, incluso, a especialistas que llevan trabajando esta temática por más de diez años. Como a Linda Teresa Orcasita, psicóloga, magíster en familia, investigadora del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana Cali.

“Anteriormente me preguntaban cómo sabe uno que está enamorado, cómo puedo decirle no a alguien que no me gusta y que me dice que le gusto. Pero hoy en día, por ejemplo, me pueden hacer preguntas sobre cómo hacer una estimulación vaginal. Y te estoy hablando de un adolescente de 12 años. Las preguntas son mucho más directas. Ellos están más expuestos a internet, que no es malo en sí, pero es un recurso que hay que saber utilizar. Tristemente, ellos le dan clic a cualquier página. O si escriben sexualidad, placer, llegan directo a temas de pornografía. Cuentan con canales que no son acordes a la edad del niño o del adolescente y no hay supervisión parental de las tecnología. Muchas de las informaciones las buscan en fuentes que no son científicas, que no son veraces y generan desinformación”.

Martha Cecilia Torres, psicóloga especialista en gerencia social y magíster en Educación, con más de 20 años de experiencia de trabajo en Educación Sexual, señala que en su labor con diversas instituciones educativas ha encontrado que las chicas son un poco más tímidas y los varones son los que más se aventuran a preguntar sobre los cambios que experimentan en su cuerpo; por sus pensamientos eróticos, la masturbación, el noviazgo, la primera vez, la homosexualidad.

“Aunque parezca raro, por ejemplo, los adolescentes varones quieren saber cómo se excita más una mujer, cuánto debe durar una relación íntima, dónde queda el Punto G en la mujer y si el hombre tiene Punto G; la píldora del día después; si se puede tener relaciones sexuales con la menstruación , que si se tiene una relación sexual el cuerpo les cambia”.

De los métodos de control natal no preguntan mucho, aclara la psicóloga Soto Torres, “pues de eso sí les hablan, incluso, con discursos muy en el orden del terror: “si no te cuidas te preñan y te friegas la vida; te contagias de Enfermedades o de Infecciones de Transmisión Sexual; de VIH. Aún así, vemos que nuestros adolescentes tienen embarazos tempranos casi nunca deseados”.

Por eso, agrega la psicóloga, docente de la Universidad de San Buenaventura Cali, no es suficiente hablarles de la anatomía y de los métodos, que es importante, claro, pero no debe ser lo único. “Debemos hablarles de lo que pasa en su cuerpo, de su erotismo, de su deseo, de lo que sienten y experimentan, de lo que implica el proceso de sexuación, sentirse como hombre o como mujer, de los afectos, del amor, del otro, de su cuerpo y del respeto...”

Y advierte: la sexualidad no es un peligro, en eso tenemos que ser muy claros, y no todo en lo que eduquemos debe orientarse exclusivamente a la prevención, mejor es una educación sexual integral.

Cuando quiero saber de estos temas acudo a Google o a mi prima. Y a veces a mi mamá

Yeicy, 16 años

Abordar el tema en familia

Tatiana Martínez* y Luis Carlos Andrade* aseguran que son una pareja que les hablan claro y honestamente sobre sexualidad a sus hijos de 9 y 16 años.

“A nosotros nos gusta hablar con ellos de estos temas porque en nuestros tiempos era un tabú plantearles a nuestros papás temas de sexualidad. A uno le tocaba aprender por lo que alcanzaba a escuchar de las amigas y amigos o por lo que uno podía investigar por su lado. Con nuestros hijos preferimos que estén informados por nosotros y no que salgan a buscar las respuestas a otra parte donde pueden aprender cosas equivocadas”.

Preguntas sobre sexo no hago. Solo mi hermana me dice que cuidado voy a embarazar a alguna pelada

Juan Diego, 15 años

Hace unos años, Tatiana le debió responder a su hijo más pequeño una peculiar pregunta cuando se despertó una mañana: “Mamá, ¿por qué tengo el pene enojado? ¿Por qué está así? . “Entonces le explicamos que aquello era algo normal en los hombre, que eso pasaba cuando la sangre se irrigaba mucho en las venas del pene, que por eso amanecía así. Que incluso, eso podía pasarle si no estaba dormido, cuando podía tener una sensación”.

La conclusión del pequeño les causó mucha risas: “Ah, no está enojado, es que se está llenando de sangre”.

Así, de una manera sencilla, tranquila, sin aspavientos, escándalos ni regaños, aseguran los expertos, se deben tratar los temas de sexualidad con los niños y adolescentes en familia y en espacios escolares, todos, acorde con la etapa de desarrollo en el que se encuentran los menores de edad.

De acuerdo con la psicóloga Linda Teresa Orcasita, estos temas hay que trabajarlos desde muy temprano. De 5 a 8 años, por ejemplo, se abordan temas como qué es el cuerpo; aprenden a llamar las partes del mismo por sus nombres: pene, vagina, senos; qué es la familia, los tipos de familia, qué es el amor, los estereotipos de género.

“Mamá, ¿qué es malparido? ¿Y qué es la concha de tu madre? ¿Por qué esa pareja es de dos hombres?”.

Juan José, 8 años

De 9 a 12 años, se involucran temas como los cambios físicos, psicológicos y sociales de la pubertad, de la adolescencia, cuál es la comprensión más amplia del amor, qué es el autocuidado, cómo prevenir riesgos, cómo tomar decisiones, “porque ya el pensamiento de estos menores de edad está más avanzado para tener conciencia de algunas situaciones y toma de decisiones a las que se van a enfrentar”.

Al grupo de 12 a 15 años (adolescencia intermedia) se le va escalando en profundidad algunos temas: la presión de los pares para iniciar relaciones sexuales, qué es un embarazo, una infección de transmisión sexual, las relaciones de noviazgo.

De 15 a 18, se abordan de manera más profunda los derechos sexuales, los derechos reproductivos, la toma de decisiones en el proyecto de vida, qué es ser hombre y ser mujer en esta sociedad, cómo transformar los estereotipos de género, cómo expresar las emociones: qué es el erotismo, las sensaciones de placer.

Hablar de sexualidad no es hablarles solo de cómo planificar, de cómo evitar infecciones o enfermedades sexuales, aseguran las especialistas. Es hablarles también de qué es un noviazgo, cómo manejar sus emociones, por qué un día se levantan tristes y al otro día contentos. Es hablar de los sentimientos, de los valores, del autocuidado, del respeto por su cuerpo y por el cuerpo del otro.

“Yo no sé nada sobre eso (sexualidad) y en el colegio no nos han enseñado nada”.

Elier, 10 años

Pero, lamentablemente, son muchas las familias colombianas las que prefieren evitar tocar temáticas sexuales en el seno del hogar aduciendo que van a sexualizar a los menores de edad.

“Muchas personas y grupos están en contra de la educación integral en sexualidad porque, lamentablemente, no saben cuál es el enfoque y las dimensiones con que uno trabaja en temas de sexualidad... El objetivo de la Educación Sexual Integral es que podamos hablar del amor, del autocuidado, de los derechos, podamos entender qué es la diversidad”, explica la investigadora Linda Orcasita.

Aunque llevamos muchos años intentando que la educación sexual sea transversal, todavía hay un desafío porque hay muchas que se oponen a la implementación de la misma en las familias y los centros educativos

Hay que hacer un trabajo fuerte, directo con las familias, como lo hemos venido haciendo desde nuestra institución (la Pontificia Universidad Javeriana Cali) para que ellas comprendan qué es la educación integral en sexualidad y cómo, a partir de esta compresión, pueden prevenir los riesgos a los cuales van a estar expuestos sus hijos, comenta la magíster en familia e investigadora Linda Orcasita.

De acuerdo con varias investigaciones, continúa Orcasita, los hijos de las familias que no hablan de educación sexual, tienen mayor exposición a riesgos, como padecer un abuso sexual en su entorno cercano, dejarse llevar por la presión de sus pares o de su pareja para iniciar relaciones sexuales, a ser víctimas de pornografía infantil, de manipulación, de sexting (envío de fotos desnudos), o no tomar decisiones asertivas.

Si educamos para que nuestros hijos e hijas vean de manera positiva la sexualidad desde la infancia, interviene la psicóloga Martha Cecilia Soto Torres, desarrollarán la confianza para poder preguntarnos en un futuro sus inquietudes.

*Nombres cambiados por petición de las fuentes.