RACISMO
Homofóbico, machista y racista: el lado oscuro que Brasil le perdonó a Bolsonaro
El nuevo Presidente de Brasil deberá enfrentar la corrupción, la violencia, la inseguridad, el desempleo y los efectos de la recesión. Historia de un 'Messias'.
Cerca de 57.794.703 brasileños decidieron el pasado 28 de octubre que Jair Messias Bolsonaro llevara las riendas de Brasil.
El que para algunos tuvo un discurso homofóbico, machista y racista, conquistó a otros electores —indignados contra la corrupción y los altísimos niveles de inseguridad—, con su promesa de devolverle al país la “integridad” y los “valores” perdidos.
En medio de una de las crisis más acentuadas del gigante latinoamericano, a partir del 1 de enero de 2019, se enfrentará a un panorama de violencia encrudecida, una economía que no se recupera de la peor recesión de todos los tiempos, altas cifras de desempleo y una nación fragmentada.
De acuerdo con el analista político Michael López Stweart, director de Arko Advice, “los brasileños querían un cambio drástico y lo encontraron en sus francas ideas conservadoras” y su promesa de lucha contra la criminalidad.
Otros comparan al exmilitar, quien es un nostálgico de la dictadura a rabiar, con el mismísimo Donald Trump.
Algo que para el exembajador de Brasil y estadista Julio Gomes Dos Santos, es un exabrupto. “No es un Trump, un aventurero, un capitalista sin ninguna experiencia de gobierno que llega al poder porque habla las cosas políticamente incorrectas, durante 27 años seguidos fue diputado federal en la Cámara de Brasil”.
Dice Gomes que “imagínese como la gente en mi país, que destapó un gran fenómeno de la corrupción y puso preso al ídolo Ignacio Lula da Silva, donde la política tradicional está podrida, el voto es obligatorio y el Partido de los Trabajadores —corrupto hasta los pelos—, tuvo una victoria de solo 3 % en las elecciones anteriores, no iba a sentirse cansado, disgustado, y queriendo algo nuevo- Fue ahí donde apareció Bolsonaro”.
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“Si Da Silva sacó a 30 millones de personas de la pobreza, los 10 millones de diferencia de voto entre Bolsonaro y (Fernando) Haddad —su rival en las elecciones— salieron de estos 30 millones, porque los demás estaban convencidos de votar por la derecha y centroderecha, nunca contra la izquierda”, agrega el exembajador.
Sin embargo, Gomes Dos Santos aclara que no defiende a Bolsonaro sino la decisión del pueblo brasileño, “la gente no tiene derecho de tildar al presidente de Brasil sin saber lo que va a pasar y que ya lo estamos vislumbrando. El jueves pasado, Bolsonaro invitó al juez Sergio Moro, quien empezó el destape de la corrupción, a ser su Ministro de Justicia; el dólar, que llegó a 4.60 reales está ahora a 3.69 reales, así que la confianza está volviendo en todos los sectores de la vida nacional”.
El ciudadano brasileño Matias Nicolas Irala, consultado por El País, admite sentir miedo, como miembro de la comunidad Lgtbi, “de que durante su mandato mis derechos serán vulnerados. Siento que con su elección retrocederemos y perderemos muchas cosas que ya habíamos ganado”.
¿Pero de dónde proviene el presidente número 38 de Brasil, al que algunos le temen y otros le profesan una fe desmedida? Aunque nació el 21 de marzo de 1955 en Campinas, Estado de São Paulo, Brasil, tiene raíces italianas. Su bisabuelo, Vittorio Bolzonaro emigró de la región italiana de Anguillara a Brasil en 1888, a sus 10 años.
Jair vivió parte de su infancia en El Dorado, pueblo de Sao Paulo, de 15.000 habitantes al que llegó con su padre, Percy Geraldo Bolsonaro, un dentista sin título. “Era un muchacho tranquilo, que le gustaba pescar y estar con amigos. Conserva aún sus hábitos sencillos. Tiene un gran amor por la bandera de Brasil”, asegura Marisa Lobo, activista antiaborto y “profamilia”.
Cuentan que a sus 15 años, en plena década de los 70 cuando la violencia recrudecía, los militares tenían mucho poder en Brasil y Bolsonaro anhelaba ese estatus. Así que se alistó en una escuela de cadetes en la ciudad de Resende en Río de Janeiro. A los 22 años se graduó de la Academia Militar das Agulhas Negras.
Pero su carrera de una década en el ejército se vio minada por actos de indisciplina, como en 1986 cuando, sin permiso de sus superiores, escribió un artículo en la revista ‘Veja’ en el que criticaba los bajos salarios de los soldados. También estuvo detrás de la operación ‘Callejón sin salida’, durante la cual se pusieron artefactos explosivos de bajo calibre en cuarteles como protesta por lo mismo. Le abrieron investigación disciplinaria, lo cual consta en un documento de 1980 del Ejército, que dio a conocer el diario Folha de Sao Paulo, allí sus superiores lo describen “de trato agresivo, ambicioso e irracional”. El capitán Bolsonaro pagó 15 días de prisión y fue absuelto. Se retiró del ejército y en 1991 asumió como diputado de Río de Janeiro por el Partido Demócrata Cristiano, apoyado por un grupo de militares y exmilitares.
Para algunos parecía interesarle más la controversia que el cargo. De más de 170 proyectos de ley de su autoría, dos se convirtieron en ley, la propuesta que extiende el beneficio de exención del Impuesto sobre Productos Industrializados y la autorización del uso de fosfoetanolamina, pastilla para el cáncer.
Bolsonaro es el rey de las redes sociales en Brasil, adicto a ellas.
Tiene siete millones de seguidores en Facebook, el doble de los del centenario periódico O Estado de S. Paulo (3,7 millones).
Declaraciones polémicas
En 1993 Bolsonaro dijo que el error de la dictadura en su país (1964 - 1985) fue “torturar y no matar”. Y fue multado con US$ 15 mil cuando dijo: “asistí a una quilombola en Eldorado Paulista, y el afrodescendiente más delgado pesaba siete arrobas. No hacen nada. Ni para procreadores sirven más. Más de US$ 1000 millones al año estamos gastando con ellos”.
"No soy violador, pero si lo fuera, no la iba a violar porque ella no lo merece (ser violada), porque es muy mala, es muy fea, no es de mi gusto", le dijo Bolsonaro a la diputada del PT, Maria do Rosário Nunes, cuando debatían una ley contra la violación sexual, después de que ella lo llamó violador.
"El hijo empieza a mostrarse amanerado, gay, cambia su modo de actuar, ya oí de algunos aquí, menos mal que me dieron unos chirlos de chico, mi padre me enseñó a ser hombre", comentó en un programa de TV. de la cámara de diputados.
"No voy a combatir ni a discriminar, pero si veo a dos hombres besándose en la calle, les voy a pegar"... "El 90% de los hijos adoptados (por parejas del mismo sexo) van a ser homosexuales y se van a prostituir", otras de sus frases sobre población homosexual.
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"Deberían ser fusilados 30.000 corruptos, comenzando por el presidente Fernando Henrique Cardoso", señaló en un programa de TV,
en 1999, hablando acerca del Partido de trabajadores.
"No es cuestión de colocar cuotas de mujeres porque sí. Tenemos que colocar gente capacitada. Si colocan mujeres porque sí, voy a tener que contratar negros también", dijo sobre mujeres en cargos públicos.
Su amada familia
Bolsonaro, defensor acérrimo de la familia convencional, se ha casado ya tres veces y tiene cinco hijos de diferentes matrimonios.
Su primera esposa fue Rogéria Bolsonaro, con quien tuvo tres hijos: Flávio, Carlos y Eduardo. Y aunque el político dijo que no acogía padrinazgos, tres de sus cinco hijos ocupan cargos legislativos: Flávio es diputado estatal y senador por Río de Janeiro; Carlos es concejal del mismo estado, y Eduardo Bolsonaro fue reelegido diputado federal por São Paulo en las elecciones del 7 de octubre, siendo el diputado federal más votado en la historia de Brasil (1.814.443 votos).
Precisamente, Eduardo ha dicho de su padre que comparte sus opiniones. “Lo que pasa es que una parte de la prensa agarra tramos de sus discursos y los recorta. Es mentira que es homofóbico y racista. Es tranquilo, educado y seguramente hará un buen gobierno”.
Su segundo matrimonio fue con Ana Cristina (con quien tuvo un hijo, Renán, de 19 años). Su tercera y actual esposa es Michelle de Paula Firmo Reinaldo Bolsonaro, con quien tiene a Laura, de 8 años.
A propósito de su única hija, varios detractores le han cobrado al político de 63 años que haya dicho: ‘tengo cinco hijos, cuatro fueron hombres, en la quinta tuve un momento de fragilidad y vino una mujer”. Según el analista Gomes Dos Santos, algunos medios descontextualizan sus frases, como en este caso en el que omitieron el emotivo final de Bolsonaro: “una hija a la que adoro y que es mi preferida”.
A su tercera esposa la conoció en 2007, mientras trabajaba en el Congreso. Michelle de Paula Firmo Reinaldo, de 36 años, oriunda de Ceilandia, una zona pobre del Distrito Federal de Brasil, trabajaba como secretaria para el diputado Ubiali. Poco tiempo después, Bolsonaro, entonces diputado, le hizo una oferta laboral que derivó en un matrimonio civil.
Con pocas palabras, Michelle ha descrito su romance con Bolsonaro: “Nos conocimos, nos enamoramos y nos casamos a los cinco meses”. Se llevan 25 años de diferencia.
Luego de ejercer cargos en el liderazgo del PP, ella fue nombrada como secretaria del despacho de Bolsonaro, lo que le costó su cargo, ya que el Supremo Tribunal Federal dictaminó que era prohibida la contratación de parientes hasta el tercer grado en la administración pública.
Discreta, Michelle no acostumbra dar muchas entrevistas, de hecho, cuando su esposo se lanzó al a candidatura, ella cerró sus cuentas en redes sociales.
De gustos simples, en sus pocas participaciones públicas Michelle dice con una voz melodiosa que contrasta con el tono marcial de su esposo, que aprendió a “no negar agua ni comida a nadie”.
Miembro activa de la Iglesia Bautista Atitude, colabora allí educando niños con deficiencias auditivas. En la campaña presidencial, en la que tradujo en ocasiones al lenguaje de señas los discursos de su esposo, dijo que realizaría “todos los trabajos sociales posibles. Es un llamado que tengo, estar próxima a personas con deficiencias, a los sordos”.
Por su parte, Bolsonaro sólo tiene palabras de amor para esta rubia que prohibió la música en vivo y la escuela de samba en sus nupcias ecleciásticas en 2013, según el diario Folha de S. Paulo. Ella no se queda atrás en los halagos para él, “es humano, se preocupa por las personas, es un ser maravilloso, quien convive con él sabe que él es así”. Madre de dos hijas, una de 16 años de una primera relación, y de Laura Bolsonaro, de 8, Michelle es firme en su educación. El mandatario electo dice que cuando ella está al mando ni se mete.
De apariencia tímida, Michelle advierte que su esposo es malinterpretado y que le duele que lo ataquen. “Él es cariñoso, servicial, desde un principio priorizó a la familia”.