GerenciARTE, el libro de Guillermo Orozco

La consultoría gerencial es una actividad controvertida para algunos. El consultor es una persona que cree saber de todo y con sus conceptos no se compromete en nada; otros consideramos que se acierta cuando se selecciona el profesional idóneo de acuerdo con su especialidad, pero que además este debe tener las calidades y el compromiso para compartir conclusiones y estrategias con el grupo objetivo y no limitarse a informes impreso y digital.

Un buen consultor, además, se preocupa por la implementación de sus recomendaciones. Seguramente muchos refutarán: “Esa no es la responsabilidad del consultor”, pero en la práctica el legado de un buen profesional está en ver el éxito de sus conceptos aplicados a la positiva transformación de una empresa y con ella al crecimiento de sus directivos.

Es cierto que este tipo de consultores se vuelven exóticos y por eso mi reconocimiento a Guillermo Orozco Hormaza, ejemplo invaluable de buen consultor y quien recientemente resumió sus experiencias en un libro titulado GerenciARTE, “de la intuición a la profesión”, prologado por el exministro Carlos Caballero Argáez. Fue éxito en la pasada Feria Internacional del Libro en Bogotá.

Guillermo Orozco nació en Cali y se graduó de Ingeniero Electromecánico en la Universidad del Valle, con un MBA en Stanford. Fue, entre otras posiciones, presidente del Ingenio Río Paila – Castilla y ha sido miembro de importantes Juntas Directivas de destacadas empresas nacionales.

Orozco Hormaza logra una visión integral de la gerencia, hace énfasis en la diferencia entre organización y organigrama; muestra sus reservas sobre la planeación estratégica por considerarla volátil, que se enfrenta a escenarios inciertos, con implementaciones complejas.

Con un humor negro y la combinación de ser un lector actualizado en las últimas tendencias mundiales de la administración, pero que no se queda en la teoría, pues ha sido ejecutivo empresarial, Guillermo pone en tela de juicio a aquellos que ni conocen bien el cliente y solo se enfocan en las calidades del producto. Con un pragmatismo divertido le saca jugo a los ‘presupuestos minuciosos’, exigiendo más metas propósitos que pronósticos.

Por lo que ha vivido, hace énfasis en que con el tiempo no hay empresas de familia, sino de familias, en plural, pues la llegada de terceros al vínculo parental, dan unas características que merecen ser consideradas para preservar la voluntad de los fundadores.

Otro aspecto en el que Guillermo es profundo es en la compensación del talento, uno de los temas más espinosos que tienen las empresas y que marcan una diferencia sustancial con las multinacionales, estas con acceso a acciones como incentivos, bonos y mayor transparencia. En este campo, Guillermo hace énfasis en compartir el valor agregado que logre ese ejecutivo.

No dudo en recomendar gerenciarte de la Editorial Icono desde el primer capítulo “La integralidad y el lenguaje”, “la estrategia”, “planeación, medición y seguimiento”, “la organización”, “Gobierno Corporativo”, finanzas corporativas”, “compensación del talento”, hasta concluir con “Capitales estratégicos”, en el que hace énfasis en tres pilares: el talento, la organización y su cultura y finalmente la tecnología con su enfoque y orientación, producto de lo que estamos viviendo en la cuarta revolución industrial.

Gratitud y admiración por los invaluables aportes que Guillermo Orozco ha hecho a muchas empresas vallecaucanas y a sus ejecutivos, quienes pasamos de ser contratantes a alumnos de un personaje muy particular, que encontró en la consultoría la mejor manera de entregar generosamente en experiencia, visión y conocimiento, para lograr mejores empresas y eficaces líderes.