Cuando el Congreso no cumplió la ley de Newton
Una institución debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades del tiempo y de sus ciudadanos, al igual que lo adecuadamente robusta para dar dictámenes certeros
Las consecuencias del Covid-19 han sido, y serán, extensas y de larga duración. Sin embargo, pareciera que el Congreso colombiano no hubiese entendido la magnitud del problema y prefirió llevar a cabo un debate semántico en vez de reaccionar y adaptarse a las cambiantes necesidades nacionales.
Según la tercera ley de movimiento de Newton, si un objeto A ejerce una fuerza sobre un objeto B entonces el objeto B debe ejercer una fuerza de igual magnitud en dirección opuesta sobre el objeto A. No obstante, el Congreso violó esta ley. Cuando llegó el coronavirus a Colombia, con toda su fuerza, los miembros de la rama legislativa decidieron llevar a cabo un debate sobre la legalidad de hacer reuniones y legislar de manera virtual, en vez de reaccionar con igual fuerza y adaptarse al cambio.
Con el pasar de los días, mientras el Gobierno implementaba medidas de aislamiento y buscaba maneras para ayudar a los ciudadanos más vulnerables, el Congreso seguía siendo un ejemplo de inacción. Por su parte, los parlamentarios peruanos y chilenos se reunieron de forma presencial para establecer un protocolo de las sesiones virtuales, para seguir funcionando a distancia y sirviéndoles a sus ciudadanos.
La capacidad de inacción de algunos de los miembros del Congreso es alarmante. El país entró en cuarentena nacional el 25 de marzo y sólo a partir de la próxima semana sesionará. Está claro que sesionar de manera virtual trae consigo ciertos riesgos como hackers, filtración de información confidencial entre otros, al igual que preguntas sobre la legalidad de este tipo de plenarias. No obstante, sus miembros deben adaptarse a las necesidades actuales, y aprovechar las herramientas tecnológicas que existen.
Una institución debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades del tiempo y de sus ciudadanos, al igual que lo adecuadamente robusta para dar dictámenes certeros y hacer que la ley se cumpla para toda su población. En este caso algunos miembros del Congreso han demostrado que, no son capaces de lograr eso.
Ahora, claro está que algunos miembros, de ambos lados del espectro político, han abogado por sesionar de manera virtual y han querido cumplir con la tercera ley de movimiento. Sin embargo, pareciera que el impulso de estos no ha sido lo suficientemente fuerte como para impulsar a la colectividad de legisladores a reaccionar.
Lo que esto deja en evidencia es que en el país la rama legislativa reacciona de manera parsimoniosa, inclusive en tiempos de crisis. Es por esta razón que el Congreso necesita cierto grado de renovación. Sus miembros deben ser personas que cumplan con las leyes de movimiento de Newton y que ante una crisis, se adapten y le cumplan a los ciudadanos que los eligieron. De lo contrario, Colombia seguirá siendo un país de personas pujantes, leyes inadecuadas para su tiempo, y congresistas con inercia para debatir sobre semántica constitucional, en vez de reaccionar ante crisis nacionales.