El populismo y el Covid-19
La pandemia del coronavirus que azota al mundo entero ha traído consigo varias consecuencias, una de estas el populismo de líderes.
La pandemia del coronavirus que azota al mundo entero ha traído consigo varias consecuencias, una de estas el populismo de líderes, nacionales o locales, que buscan obtener réditos políticos, en un momento equivocado.
En Colombia, por ejemplo, la alcaldesa Claudia López está utilizando la coyuntura del Covid-19 para enviar a los beneficiarios de los subsidios en Bogotá un mensaje de texto a nombre de ella. Olvida la alcaldesa que, aunque el programa fue desarrollado en su administración, los recursos del programa les pertenecen a los ciudadanos que con sus impuestos aportan al erario público.
De igual forma, el presidente Trump ordenó al Departamento del Tesoro del país imprimir su nombre en los cheques de los subsidios del gobierno. Esta acción no sólo rompe con todos los precedentes, sino que demuestra una vez más que el populismo y la politiquería, como el Covid-19, no respeta idearios políticos.
Está claro que ambos han manejado la crisis de maneras diametralmente opuestas. Trump, a finales de enero afirmaba que su gobierno tenía el virus controlado, que estaba trabajando en conjunto con China y otros países y que su país saldría bien librado de la crisis. Con el pasar del tiempo, y a pesar del incremento gradual de los casos, este seguía afirmando que, en abril, con el calor, lo casos llegarían a estar cerca de cero y su gobierno había hecho un trabajo muy bueno. Sin embargo, los casos siguieron incrementando, hasta convertirse en el epicentro mundial de la pandemia. A pesar de que ahora Trump, miembros de su gobierno y medios como Fox News estén intentando de reescribir la narrativa, está claro que el presidente estadounidense no supo enfrentar el coronavirus desde un principio, y se demoró en entender la gravedad del virus que empezaba a amenazar a su país y al mundo.
Por su parte, la alcaldesa Claudia López desde el 13 de marzo pidió la prohibición de vuelos provenientes de Europa, que para ese entonces era el foco mundial de la pandemia, y mayor control en la frontera con Venezuela para combatir el ingreso del Covid-19 al país. De igual forma, López promovió la implementación de una cuarentena nacional e inclusive delineó el simulacro de aislamiento, el cual buscaba hacer una prueba para analizar cómo debían funcionar las entidades locales ante una posible cuarentena. Posteriormente, este simulacro fue empalmado con la cuarentena nacional implementada por el gobierno de Duque. Por consiguiente, la alcaldesa no sólo reaccionó a tiempo, sino que hasta se le tildó, y aun hoy, de exagerada en las medidas que proponía.
Sin embargo, tanto el presidente Trump como la alcaldesa López se vieron seducidos por el oportunismo político, y decidieron adueñarse de recursos públicos para hacer campaña política. Mientras Trump está en un año de reelección, Claudia busca perfilarse como candidata presidencial. Ambos han olvidado, o quizás ignorado, que los recursos de los subsidios otorgados por sus administraciones, no les pertenece. Buscando entonces asociar dineros públicos con su nombre, interponiendo sus aspiraciones políticas encima del bien común.
Ambos líderes deberían entender que esta pandemia no es el momento oportuno para pensar en intereses o aspiraciones personales, sino en cómo beneficiar a la colectividad de ciudadanos de manera desinteresada. Está claro que, como dijo John F. Kennedy: “En una crisis, hay que ser conscientes del peligro, pero hay que reconocer la oportunidad”, sin embargo, la oportunidad a reconocer debe ser en buscar maneras creativas para proteger a los ciudadanos e ir recuperando la economía, no para aumentar sus votantes o buscar hacer clientelismos.
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