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Vacunación geoeconómica

Es importante resaltar que el gigante asiático podrá utilizar las vacunas como una potente arma de lo que se denomina en relaciones internacionales como soft power

9 de marzo de 2021 Por: Mario Carvajal Cabal

La vacunación en América Latina ha sido dispar. En Chile, según The Economist, alrededor de 100.000 ciudadanos entre los 60 y 64 años fueron vacunados diariamente en el país durante la semana pasada y el gobierno afirma que logrará vacunar al 80% de su población para el 30 de junio.

Hasta el momento, Chile ha vacunado con al menos una dosis al 21,9% de su población, según datos de Our World in Data. Por su parte, en Brasil solo el 3,9%, en Argentina el 2,7%, en México el 1,7% y Colombia el 0,5% de sus respectivas poblaciones han sido vacunados con al menos una dosis. Esto entonces convierte al país austral en el líder regional en temas de vacunación.

Ahora, es importante mencionar que entre las principales razones que explican la vacunación lenta en los países latinoamericanos radica en la escasez mundial de las vacunas, en especial de compañías farmacéuticas occidentales como Pfizer, Johnson & Johnson, Moderna y Oxford Astrazeneca. De esta manera, países como China y Rusia han asumido un papel protagónico en suplir el vacío de poder de occidente, y han exportado un número importante de vacunas a estos países. Según datos de la universidad de Duke, América Latina ha comprado 550 millones dosis de vacunas a compañías occidentales y 285 millones de dosis a Rusia y China combinadas. Ahora, está claro que la vacunación no es una carrera, sino una maratón, pero es significativo que, por ahora, han llegado más rápido las vacunas de China que las del mundo occidental.

Aunado a esto, es importante resaltar que el gigante asiático podrá utilizar las vacunas como una potente arma de lo que se denomina en relaciones internacionales como soft power. Este tipo de poder, según Joseph Nye, se trata de reformular las preferencias de un país a través del poder de la atracción. En otras palabras, usar elementos culturales, valores políticos y/o políticas exteriores, entre otros para influenciar a un país externo.

De esta manera, China podría utilizar la exportación de vacunas, ante una escasez pronunciada a nivel global, para rodear e influenciar a los países latinoamericanos hacia su esfera de influencia. Por consiguiente, el vacío de poder que está aprovechando China en el momento, podría derivar en que el país asiático aumente su influencia regional y así adquirir un papel más relevante en la geopolítica latinoamericana. Los autores Robert Blackwill y Jennifer Harris en el libro War by Other Means, definen la geoeconomía como el uso de instrumentos económicos para promover y defender los intereses nacionales, que produzcan resultados geopolíticamente deseables. En este orden de ideas, la vacuna puede convertirse en una herramienta geoeconómica.

Es importante considerar que China, en el plano global, no busca ser un actor militarmente beligerante, sino que busca rodear a ciertos países y/o regiones de tal manera que la interdependencia hace que estos no tengan otra opción que aceptar los términos de la potencia emergente.
La vacuna entonces podría entrar a formar como otra herramienta disponible en el arsenal de la potencia asiática, aumentando su poder regional y logrando entonces influenciar el mapa geopolítico a su antojo. Occidente debe buscar cómo aumentar el flujo de vacunas a América Latina, no sólo para poder salvar vidas, sino para mantener su hegemonía geopolítica en la región.
Sigue en Twitter @Mariocarvajal9C

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