Salvemos la vía al 18
Los piques de las motos llegaron a su punto máximo en una carrera desenfrenada bajando, lo que suscitó que los vehículos que a esa hora de la noche subían, debieran detener la marcha
Vuelvo sobre el mismo tema. Lo sucedido el pasado jueves en la noche en el trayecto entre el km 7 -retén forestal- y el kilómetro18, fue la tapa de la olla.
Los piques de las motos llegaron a su punto máximo en una carrera desenfrenada bajando, lo que suscitó que los vehículos que a esa hora de la noche subían, debieran detener la marcha, orillarse y esperar pacientemente a que terminaran las carreras.
De no haber sido así habrían sido embestidos por esos dementes -algunos de ellos drogados-, en una actitud suicida, que, si los muertos hubieran sido ellos pues allá ellos, pero que habrían involucrado a personas inocentes que no tenían velas en esos pre-entierros.
Pero hubo más: se estrenaron esa noche los piques de carros que debido a su volumen ‘Indianapolizaron’ las dos calzadas haciendo imposible la circulación.
Y remataron con un accidente que formó a esa hora, tremendo trancón, a la espera de que se hicieran presente la Policía y los guardas de Tránsito que, como siempre, llegaron tarde.
El caos fue total. No se sabía quién mandaba. A una orden le llegaba una contraorden. Ambulancias, pitos, trompadas, sacada de machetes, gritos y consumo de alcohol y de lo que sabemos con una escasa ‘autoridad’ inerme sin saber qué hacer.
No hubo una tremenda tragedia porque mi Dios es muy grande, pero estuvo a punto de presentarse un choque de varios carros y motos, con un saldo de heridos y muertos que parecen ser lo único que medio le mueve la aguja a quienes deberían de velar porque estas cosas no sucedan.
Es inaudito que no se controlen esos piques que son promovidos y citados a través de las redes sociales y se organicen unas redadas ejemplarizantes, multando y castigando a sus participantes.
Pero no. La autoridad brilló por su ausencia como ha venido sucediendo desde hace años sin que existan algo más que promesas y más promesas cuando ya todo está consumado.
Es por ello que desde esta columna quiero proponer la creación de un grupo interdisciplinario para ponerle fin a estas atrocidades, en el que participen las autoridades y secretarías de tránsito municipales y departamentales, el Invías, las secretarías de Turismo de Cali y el Valle, Cotelvalle, Anato, los restaurantes y piqueteaderos del sector, los representantes de las comunidades de El Saladito, Felidia, La Elvira y las juntas de acción comunal, además de entidades de Montañuelas, San Miguel, Las Nieves, San Antonio, San Pablo, Kilómetro 18, Monterrico y demás parcelaciones cercanas.
Ya don Gustavo Montoya de Tardes Caleñas ofreció su colaboración para realizar allí una primera gran reunión que debemos de citar rápidamente. Imposible que no seamos capaces de unirnos, solucionar este grave problema.
Creo que también los medios le van a jalar a esta iniciativa al igual que los concejales amigos y los distintos gremios que pueden aportar buenas ideas.
¿Qué opinan? ¡Salvemos la vía al 18!