Pólvora y más

Crecí en un hogar caleño donde todos los diciembres íbamos con nuestro padre a comprar pólvora para la celebración de la navidad. Recuerdo que la vendían en unos quioscos que instalaban durante la época decembrina por la calle del río del otro lado de donde hoy queda el edificio Goncheverri. Para nosotros de niños era lo máximo que compráramos, volcanes, cuetes, chispitas y totes. Ya de adolescente me tocó vivir como un amigo de barrio se voló la mano con un puñado de voladores que le explotaron.

En esa época de niño no entendía que la pólvora es algo que, no solo produce quemaduras especialmente en los niños, sino que también afecta enormemente a los animales que sufren mucho por el ruido. Tengo una perrita que tiembla y se le escapa de parar el corazón cuando siente el estruendo de las explosiones. ¿Tengo entendido que el uso de pólvora está prohibido… pero porque no se cumple? Buena pregunta, cuando el mismo gobierno la usa para dar comienzo a la temporada en una alborada. Me pregunto... ¿No es el momento ya de parar ese tipo de prácticas cuando ya en estos tiempos se puede entender que son más los daños y el sufrimiento que causa? Finalmente, la celebración del nacimiento de Jesús se ha convertido más en una fiesta donde todo tipo de abusos son aplaudidos incluyendo el uso de estos fuegos artificiales.

Premio cívico por una Cali mejor

El jueves pasado fui invitado a la celebración de estos premios en el auditorio de la Cámara de Comercio de Cali. Realmente me quede fascinado de ver tanta gente bonita haciendo cosas por mejorar las condiciones colectivas. Me parece que todas las entidades empresariales y del sector de Fundaciones y ONG’s estén tan comprometidas en apoyar estas distintas iniciativas sociales, del deporte, la cultura y muchos proyectos productivos para darle oportunidades a personas y especialmente a niños de un futuro distinto.

La alegría de estos rostros recibiendo no solo el aplauso de la gente, sino un capital semilla para continuar creciendo sus sueños y construyendo una mejor cuidad. Vi desde raperos candándole a la vida con letras exhortando al cuidado y respeto al medio ambiente, hasta personas dedicadas a formar niños en carreras deportivas. Vi también como premiaron a emprendimientos dirigidos hacia la soberanía alimentaria y huertas comunitarias. Personas de todas las edades, colores y sabores. Gente con corazones grandes y empresarios que tienen conciencia de que estas soluciones son responsabilidad de todos para buscar como vivir en una sociedad más justa y equilibrada. Mis aplausos totales y mis respetos a todos. Salí contento de ver cosas positivas sucediendo en la que se domina la Sucursal Del Cielo.