Columnistas
Recuperar el espíritu profético
Hoy es un nuevo tiempo para evangelizar y anunciar la Buena Nueva a través del anuncio de la Palabra.
Por: Padre Héctor Fabio Fernández O., Pbro, delegado de Comunicación, Arquidiócesis de Cali
En el Domingo de la Palabra del Señor, el lema elegido por el Santo Padre para la el 2025, dentro del Año Jubilar, es un versículo del Salmo 119, “Espero en tu Palabra” (Sal 119,74). Se trata de un grito de esperanza: el hombre, en el momento de angustia, de la tribulación, del sin sentido, grita a Dios y pone toda su esperanza en Él.
En el evangelio de esta semana, Jesús dice que cumplirá las palabras del profeta Isaías. Él ha sido elegido para traer la Buena Nueva a los pobres, la vista a los ciegos y la libertad a los presos. Aquellos que siguen a Jesús están llamados a continuar su labor de misericordia, amor y aceptación.
Es necesario recuperar ese espíritu profético que Jesús imprime en el Evangelio de hoy, Él no va en contra de la ley, al contrario, lo que pretende es recuperar su sentido original, es por eso la necesidad de tener la autoridad a la hora de proclamar la Palabra. Esa autoridad que va unida a las obras que realiza en favor de su pueblo, que se siente excluido del Reino de Dios que vino a anunciar.
Hoy es un nuevo tiempo para evangelizar y anunciar la Buena Nueva a través del anuncio de la Palabra. Debemos devolver la esperanza a un mundo que vive diversas realidades, que no termina de llenar expectativas y termina lleno de desilusiones y vacíos, ahí es donde es necesario tener ese espíritu profético que no condene, sino que muestre un rostro misericordioso del Padre que tanto nos ama.
Frente al bombardeo de todo tipo de noticias malas y falsas a través de las redes sociales y diversos medios de comunicación, donde no da tiempo para verificar qué es cierto o no, terminamos agobiados y llenos de temor; no se trata de ser indiferente a lo que acontece en el mundo. Tenemos la oportunidad de anunciar la Buena Noticia del Señor, para que de esa manera ilumine las oscuridades que vive el mundo y no dejemos de hacer un constante llamado a la conversión.
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