Un señor aeropuerto

No soy un viajero consuetudinario y voy al aeropuerto más a recibir visitantes que a montarme en un avión, pero ello no me inhabilita para referirme a nuestro aeropuerto en buena hora llamado Alfonso Bonilla Aragón, el periodista más importante que ha tenido Cali, luego que le llamaran de Palmaseca en unos de esos arranques regionalistas más interesados en recuperar puntos geográficos que en hacerle justicia a quienes han hecho posible nuestro progreso y desarrollo.

Para que se formen una idea del Bonilla -como suelen abreviarlo- basta con decir que tiene una calificación positiva del 95% entre sus usuarios y demás personas que allí concurren.

Este estudio de aceptación no fue pagado ni elaborado por los actuales administradores sino por su propio dueño, léase el Estado, y está muy por encima del de Rionegro de Medellín, el Ernesto Cortissoz de Barranquilla y el propio El Dorado de Bogotá, para no citar sino los más importantes de nuestro país.

Pero como no somos dados a reconocer nuestras cosas buenas, sino a criticar las cosas malas, metemos en la misma talega las unas y las otras para aseverar y gritar a los cuatro vientos que aquí todo es una eme, incluyendo, claro está nuestro aeropuerto.

En este momento y por demoras que no son culpa todas del actual gobierno, el contrato de operación vence el último día de agosto y será la Aeronáutica Civil quien asumirá su manejo hasta tanto no se decida quién será el próximo operador, lo cual se demorará mínimo seis meses y máximo lo que al gobierno le dé la gana. Imagínense ustedes por qué.

El perjuicio será grande para Palmira que recibe 28 mil millones al año y se pondrán en peligro los 34 mil empleos que se generan, teniendo en cuenta el año electoral que se avecina (¿me hago entender?) y un mercado de 6,8 millones de usuarios en todo el occidente colombiano, en razón a que la Aeronáutica no está capacitada para de la noche a la mañana recibir y manejar semejante chicharrón.

En la actualidad, la empresa Aerocali maneja eficazmente el Bonilla. Es un aeropuerto eficiente y reluciente, moderno y acogedor, un verdadero orgullo regional. Los socios son una empresa española de las más grandes del mundo y Corficolombiana y su ‘piloto’ es un caleño raizal, Ricardo Alberto Lenis, que lleva casi un cuarto de siglo en la gerencia y que conoce de pe-a-pa por dónde le entra el agua al coco.

Ojalá que haya diligencia y transparencia en la selección del nuevo operador porque un paso en falso significaría echar por la borda muchos años de exitosa labor máxime cuando el turismo está cogiendo tanto auge y están aterrizando nuevas aerolíneas y recuperándose las que, por falta de gestión y miopía gubernamental, decolaron y no volvieron por estos lares.

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Posdata. En el pasado Siriri sobre la Mujerocracia omití a las gerentes de sus hogares a quienes les toca manejar sus casas y hacen de lavanderas, cocineras, plancheadoras, barrenderas, trapeadoras, ayudantes de las tareas más inverosímiles de sus hijos y de paso se lo deben dar al marido llegue a la hora que llegue.

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Posdata 2. Yo hablo bien de Cali. ¡Hazlo tú también!