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Aura Lucía Mera

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Ya en vísperas

COP 16 será como el cohete que sube y pasa la atmosfera viciada para traer nuevos aires, oxígeno puro. Para reconocernos en nuestro entorno privilegiado...

8 de octubre de 2024 Por: Aura Lucía Mera

Faltan pocos días para la inauguración oficial de la COP 16… “Ya llegó la fecha dulce y bendecida. Hoy es la mañana, bella de mi vida”, estribillo que todas las niñas nos sabíamos de memoria para entrar cantando a la capilla. Vestidas en blanco, organza, guantes blancos, velo blanco, alma blanca. Misal de bordes en laminilla dorada y rosarios blancos. Se acercaba el Día de la Primera Comunión, el día más importante de nuestras vidas, el día más feliz de nuestras vidas.

Vísperas de angustia, curiosidad, temor de no haber confesado todos los pecados y recibir el cuerpo y la sangre de Jesús, con manchas en la conciencia, que podría significar nuestra condenación eterna. Vísperas son vísperas, sean cual sean, y es más que normal la tensión. Las mariposas en el estómago, el acelere, la fragilidad escondida.

Yo la pasé muy mal ese gran día, el incienso me produjo mareo, no recordaba si me había confesado bien, repasaba mis pecados cuando me dirigía al altar. “Mordí en el cachete a mi hermana menor cuando era un bebé, sentía celos, un día dije Maldito Dios, me dijeron que tenía el diablo adentro, que por eso nunca me quedaba quieta y me hacía pipi en la cama. Repasaba. Me arrodillé y ¡zaz!, se me quedó la hostia pegada al paladar. No la podía tocar con la lengua, nos habían advertido que estaba prohibido. Entré en pánico, Jesús no me aceptaba. Alcé los ojos y miré el vitral, todo se movía. Arrodillada, inmóvil, con la cabeza gacha le pedí a Jesús que se despegara para poder tragármelo. Logré el milagro. Respiré hondo, salvada por un pelo.

En la fiesta boté energía, destrocé el vestido de tanto jugar, me ensucié, nadie me regañó. Era el día más feliz de mi vida y tenía que gozármelo. Lo logré. Caí a la cama rendida y feliz, limpia de alma, sucia y sudada por fuera.

Recuerdo esto porque ya estamos en vísperas de la COP16. Ese gran desafío de Cali ante el mundo entero.

Quiero felicitar a todo el equipo que ha trabajado día y noche, sin descanso, preparando todo, uniendo en filigrana eventos, lugares, logística.

¿Será un éxito? No tengo la menor duda. Es un ‘Turning point’ para Cali y el Departamento. Seremos los mejores anfitriones. Todo está previsto. Qué ilusión.

Les digo a los cientos de cientos de colaboradores que han puesto pasión, creatividad, esfuerzo, disciplina y amor en este empeño, que no tengan miedo ni sientan mariposas en el estómago. Estoy segura, como sucedió en los VI Juegos Panamericanos, que a pesar de las aves agoreras, los buitres carroñeros, los envidiosos, los que quieren que todo salga mal. Estoy segura repito, que se lucirán, le darán a la región un empujón renovador. Esperanzas nuevas, metas diferentes.

COP 16 será como el cohete que sube y pasa la atmosfera viciada para traer nuevos aires, oxígeno puro. Para reconocernos en nuestro entorno privilegiado, unirnos y caminar juntos a un nuevo ritmo, siempre hacia adelante. Las manos unidas y el corazón alegre.

Depende de cada uno de nosotros. Sí. De cada uno de nosotros, uno a uno, el éxito de la COP16. El Valle y Cali tenemos la obligación cívica de unirnos… Y lo haremos. No hay disculpa que valga. Estas vísperas son decisivas. Todos a poner con entusiasmo nuestro grano de arena. De nuevo, felicitaciones. Han trabajado arduo, contra reloj, con mística. ¡Será un éxito!

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