La dictadura se eterniza
Así se eterniza el totalitarismo en América. Con regímenes que desconocen los derechos de los ciudadanos a elegir y ser elegidos, a tener un gobierno decente y democrático que los represente, a expresar su opinión y su rechazo a los abusos del poder
El próximo domingo, la dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo cumplirá el ritual de unas elecciones amañadas con las cuales se perpetuará su poder sobre Nicaragua. Continuará así la tiranía que agobia a la vecina nación centroamericana.
Y no habrá oposición a esa impúdica violación de la democracia, vestida claro está de los ropajes que le dan acceso a la OEA, a la ONU y a todos los organismos internacionales que reconocen esa autocracia. Siete aspirantes fueron encarcelados por atreverse a ofrecer su nombre como candidatos a reemplazar a Ortega, su familia y quienes mantienen el reino del terror en ese país.
Igual suerte han padecido periodistas, líderes cívicos y político, empresarios y cualquiera que haya osado a disputarle la reelección al eximio representante del socialismo siglo XXI en Nicaragua y a doña Rosario. Traición a la Patria, Incitación a la injerencia del imperialismo en los asuntos internos de su país, terrorismo, conspiración y decenas más, son los delitos usados por una Justicia plegada al régimen para silenciar la oposición, acallar el periodismo libre y evitar a toda costa que haya un voto en contra del dictador.
Y como ocurre en Cuba y en Venezuela, las elecciones serán la farsa que legaliza el totalitarismo sin que la comunidad internacional pueda hacer algo para impedirlo. A pesar de las condenas de los organismos internacionales, de manifiestos como el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que califica la dictadura de Ortega, su familia y sus secuaces como un “régimen de terror” y “Estado Policial”, nada podrá evitar que se consume la patraña para mantener con vida la hegemonía que se inició en el 2007.
Junto con sus aliados en América, Rusia y China saldrán a respaldar el fraude que se cometerá el próximo domingo contra la libertad en Nicaragua, contra el deseo y la necesidad de los nicaragüenses de tener un cambio que les permita recuperar a su país de los abusos que comete Ortega. Y éste podrá renovar su capacidad de voto en todos los organismos internacionales que lo reconocerán porque en muchos casos necesitan los votos del tirano, así desconozca los principios que hacen posible hablar de democracia y legitimidad.
Daniel Ortega se mantendrá como presidente de Nicaragua, mientras su nación profundiza el camino del atraso, la represión y la miseria que le trazó el eterno dictador, al estilo de lo que hacían los herederos de Anastasio Somoza, sus antecesores. Y la imagen de Augusto César Sandino, el líder que se opuso a esa depredación en el Siglo XX, seguirá siendo explotada mientras su lucha por la libertad volverá a ser ignorada sin consideración alguna.
Así se eterniza el totalitarismo en América. Con regímenes que desconocen los derechos de los ciudadanos a elegir y ser elegidos, a tener un gobierno decente y democrático que los represente, a expresar su opinión y su rechazo a los abusos del poder. Es la escuela de la cual Daniel Ortega es uno de sus principales exponentes, en nombre de la demagogia y el totalitarismo contra la democracia verdadera en Nicaragua.