Lucha conjunta

En la lucha antidrogas, Colombia necesita de aliados fuertes, con los cuales acuerde políticas y acciones conjuntas que permitan enfrentar uno de los flagelos más perversos que permean a la sociedad. El país no puede dar esa pelea en solitario ni logrará resultados si desconoce el ordenamiento internacional o los tratados vigentes.

En la tercera reunión del Grupo de Trabajo Antinarcóticos, conformado por representantes de Colombia y Estados Unidos, que finalizó ayer, el Gobierno Nacional presentó su estrategia para los próximos siete años. En el encuentro se lograron acuerdos importantes, que permitirán trabajar en sintonía en aspectos básicos y por demás necesarios en el propósito de combatir al narcotráfico, reducir los cultivos ilícitos, así como afrontar el creciente consumo de sustancias ilegales en ambas naciones.

Da tranquilidad saber que hay puntos de coincidencia a partir de los cuales se puede fortalecer la lucha antidrogas entre el país que es el mayor productor de cocaína del mundo y el que tiene el número más alto de consumidores. Según se conoció ayer, el acuerdo inicial incluye nueve ejes, entre ellos el de aumentar los esfuerzos de interdicción y continuar con la cooperación bilateral, así como fortalecer el intercambio de inteligencia con el fin de que Colombia aumente su capacidad para combatir a las organizaciones criminales locales y transnacionales al igual que el lavado de activos.

La ayuda de los Estados Unidos también es importante en la estrategia para la disminución de los cultivos ilícitos. Hay que recordar que según el más reciente informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en 2022 hubo un crecimiento del 12,7% en las tierras sembradas de coca, con lo que se alcanzó una cifra récord de 230.000 hectáreas. Por ello todo apoyo que se reciba para la sustitución y para que los pequeños cultivadores hagan el tránsito hacia las económicas lícitas, debe ser bien recibido.

El gobierno de Gustavo Petro está decidido a cambiar la forma de combatir el narcotráfico, la violencia que genera y los problemas sociales derivados del negocio maldito. Se debe reconocer que su nueva política antidrogas mantiene la lucha frontal contra ese flagelo así como el respeto por las políticas internacionales y los tratados firmados por Colombia en ese propósito. Así mismo se debe acompañar la estrategia planteada frente al consumo y la recuperación ambiental en aquellas zonas del territorio nacional afectadas por los cultivos ilegales.

Los puntos de acuerdo alcanzados con Estados Unidos en la reunión del Grupo de Trabajo Antinarcóticos son en primer lugar el resultado de unas relaciones diplomáticas construidas durante 200 años, que se deben mantener a pesar de las diferencias que puedan existir entre los gobiernos de turno. Y demuestran que la lucha contra el negocio ilícito de las drogas debe hacerse desde un frente común y abordarse desde un enfoque integral, toda vez que constituye un problema mundial en el que no valen los esfuerzos en solitario.