Editorial
Maltrato al Valle
Paradójicamente, el Valle del Cauca fue una de las regiones que más votos le aportó al presidente Gustavo Petro para llegar a la Casa de Nariño. Pero a juzgar por las cifras del Presupuesto, el cambio solo se quedó en promesas.
La aprobación del Presupuesto General de la Nación para el 2024, proyecto de ley que el pasado miércoles recibió el aval del Congreso de la República y pasó a sanción presidencial, dejó un sabor bastante agridulce para el Valle del Cauca. Y es que, una vez más, la región recibió un trato inequitativo en materia de asignación de recursos de inversión, lo que obliga a reflexionar sobre la forma en que se valora, desde el nivel central, el aporte del Departamento al desarrollo nacional y el enorme conjunto de necesidades que hoy se tienen.
De los $502,6 billones del presupuesto nacional total, $99,9 billones serán para inversión pública, mientras el resto irá a gastos de funcionamiento y servicio de la deuda. Pero de esa última cifra al Valle le correspondieron solo $11,4 billones, distribuidos así: $4,6 billones provienen del presupuesto de inversión; $3,3 billones llegarán por el Sistema General de Participación y $336.000 millones por regalías.
El Gobierno Nacional, y sus aliados en el Congreso, argumentan que la cifra asignada al Valle representa una buena noticia, pues para el 2024 se dio un aumento del 15% frente a los $3,9 billones que nos correspondieron en el presente año. Pero la valoración del presupuesto de inversión no debe hacerse en términos absolutos, sino en relación con el número de habitantes de cada región. Y es en esa medición en donde puede observarse con claridad el trato inequitativo que se le dio a la región.
En efecto, la inversión del Gobierno Nacional en el Valle del Cauca el año próximo, por persona, será de apenas $1 millón, una de las más bajas de todo el país. Como referencia basta señalar que, por ejemplo, el departamento del Atlántico recibirá $1,1 millones per cápita, mientras que a Antioquia le correspondieron $1,3 millones; Bolívar logró $1,5 millones; Nariño, $1,9 millones y el Cauca, $2,1 millones.
Y está el agravante de que son muy pocos los proyectos regionales que tienen una destinación específica de recursos: la profundización del dragado del puerto de Buenaventura, la construcción del centro deportivo de alto rendimiento del Valle y algunas inversiones en el Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón hacen parte de esa reducida lista.
Lo anterior significa que el grueso de la inversión quedará a criterio de la Nación, sin que en el Valle del Cauca se pueda decidir, o incluso saber, a qué se destina el dinero que le fue asignado al Departamento.
Todo ello refleja, sin duda alguna, que al Valle del Cauca se le sigue maltratando en materia de inversión pública. Porque la cifra asignada para el 2024 no está acorde con lo que el departamento aporta al país: nada menos que el 9,6% del Producto Interno Bruto.
Tampoco se compadece con las enormes necesidades que se tienen por cuenta del narcotráfico, la presencia de grupos armados ilegales, el desplazamiento, el desempleo y la migración, para citar solo algunos de los graves problemas que se enfrentan. Paradójicamente, el Valle del Cauca fue una de las regiones que más votos le aportó al presidente Gustavo Petro para llegar a la Casa de Nariño. Pero a juzgar por las cifras del Presupuesto, el cambio solo se quedó en promesas.
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