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Cali dispondrá de más fuerza publica para garantizar la seguridad en Navidad y fin de año en el Centro de Cali.
La seguridad es uno de los temas más importantes para los caleños. | Foto: Jorge Orozco

Editorial

¿Y Cali no importa?

Para conseguir la pacificación de la capital departamental y devolverle la seguridad, es necesario la articulación con el Gobierno Nacional.

28 de noviembre de 2023 Por: Editorial

Cali, la ciudad más violenta de Colombia, donde asesinan cada año a mil personas en promedio, la que tiene índices desbordados de otros delitos como el hurto personal y que es el epicentro del narcotráfico en el suroccidente del país, no se mereció estar entre los planes piloto de seguridad que desarrollará el Gobierno Nacional en varias capitales. Difícil entender las razones que tuvo el presidente Gustavo Petro para excluir a la capital del Valle.

Si por algo claman los caleños desde hace años es por apoyo de Estado Central para combatir la criminalidad que los tiene azotados. Ya se sabe que durante la actual administración de Jorge Iván Ospina se redujo el presupuesto para la seguridad local, lo que ha impedido que se combatan con la eficiencia necesaria las múltiples formas de delincuencia que existen en la ciudad.

Cerca de la mitad de las cámaras de vigilancia no funcionan, hay déficit en el número de policías que se necesitan para una urbe de dos millones y medio de habitantes, que además es bastante compleja, mientras no se tienen los recursos suficientes para remplazar el parque automotor obsoleto o que ha sido dado de baja en la Fuerza Pública metropolitana.

A ello se le suma un vecindario complicado, donde hay presencia de organizaciones armadas ilegales como las disidencias de las Farc, las milicias del Eln y el Clan del Golfo, que manejan junto a multinacionales del crimen los negocios del tráfico de drogas y la minería ilícita, mientras tienen su centro de operaciones en la capital del Valle. Y están los delincuentes comunes que pululan en las calles caleñas, amedrentando a la población.

Por todas esas razones, lo lógico sería que Cali encabezara la lista de capitales que tal como lo anunció el presidente Petro en su cuenta de X, antes conocida como Twitter, serán parte de los planes pilotos de seguridad del Gobierno Nacional. “quiero que Bogotá, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta sean las avanzadas de la nueva política de seguridad de mi gobierno: Inteligencia policial en profundidad para desmantelar las grandes bandas que crecen, incluso con ayuda de algunos políticos”, tuiteó el Primer Mandatario.

Razón tienen el alcalde electo de Cali, Alejandro Eder, y la gobernadora entrante, Dilian Francisca Toro, en reclamarle al Jefe del Estado por esa exclusión, la que consideran un grave error. Los dos coinciden en que para conseguir la pacificación de la capital departamental y devolverle la seguridad, es necesario la articulación con el Gobierno Nacional. Y le recuerdan que lo que pase en la ciudad repercute en el resto de la región.

Es de esperar que la no inclusión de Cali en los planes pilotos de seguridad nacional se trate de un descuido del Primer Mandatario al escribir en sus redes sociales y no de una decisión tomada. Dejar por fuera a la ciudad más violenta del país, en la que convergen todos los males del crimen organizado en el suroccidente colombiano, enviaría un mensaje de indolencia y desinterés del Estado sobre el que es uno de los problemas más graves que afectan a la capital del Valle.

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