Editorial
Jamundí no aguanta más
El municipio necesita más iniciativas sociales y el decidido acompañamiento del gobierno nacional, elegido sobre las banderas de la Paz Total y la promesa del cese al fuego que no se asoma por este municipio.
El angustioso llamado del alcalde de Jamundí, Andrés Felipe Ramírez, al Gobierno Nacional lo dice todo: “Señor Presidente, Gustavo Petro, señora Vicepresidenta, Francia Márquez: desde el fondo de mi corazón, Jamundí no aguanta más derramamiento de sangre. Les necesitamos”.
Las palabras hacen parte de una carta dirigida a la Presidencia, tras los recientes hechos en su municipio: el domingo pasado secuestraron a 3 personas, sin ningún antecedente judicial, cuando se dirigían a la zona rural de Ampudia, las cuales aparecieron muertas, después. Y el 30 mayo se registró otro asesinato en la vía Cali Jamundí, además del accidente de una avioneta de fumigación, que es materia de investigación.
Se pregunta el Alcalde Ramírez en su misiva “¿qué más debe pasar para que nos miren y toda la fuerza del Estado le responda a Jamundí?”. “Los municipios nos sentimos solos, las capacidades locales son insuficientes para atender un problema que es nacional y que requiere una política de Estado sostenida”, agrega.
No es la primera vez que se lanza un S.O.S. por este municipio, situado a 15 minutos de Cali. El final del 2022 y el inicio del 2023 estuvieron salpicados por otros hechos violentos, como la detonación de un artefacto explosivo en el parqueadero de un centro comercial, uno más en un vehículo en la zona rural; los panfletos amenazantes de los grupos ilegales que operan en la zona y una valla con una amenaza a quienes perpetraran extorsiones o expendieran estupefacientes.
La situación se hizo más compleja a finales del pasado mes de abril, cuando tropas de la Tercera Brigada manifestaron no poder operar en la zona rural, por la resistencia de los habitantes, instrumentalizados por la disidencia Jaime Martínez, que opera a sus anchas en los corregimientos, donde se calcula que hay más de cuatro mil hectáreas de cultivos ilícitos, y que según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, pueden producir 5.500 toneladas de cocaína.
La comunidad viene siendo intimidada y utilizada por este grupo ilegal, que además dicta las normas, como si fuese una autoridad. Hay sitios vedados para el ingreso de las tropas, abundan los laboratorios de coca y las rutas para salir al Naya y al Pacífico caucano. Un problema que se ha agudizado en los años recientes y que parece no tener fin.
Tan solo este año, según el Alcalde, se han presentado ocho retenciones que no trascendieron a los medios de comunicación, porque se intervinieron a tiempo y lograron poner a salvo a las víctimas. El asalto a ciclistas, así como el despojo de sus vehículos, empleados para trabajar o de uso recreativo y turístico, otra consecuencia de esta problemática.
Para revertir los recientes días difíciles, ayer se inauguró la Plaza de Mercado de Jamundí, como símbolo de unión, esperanza y progreso. El municipio necesita más iniciativas sociales y el decidido acompañamiento del gobierno nacional, elegido sobre las banderas de la Paz Total y la promesa del cese al fuego que no se asoma por este municipio.
Presidente, Vicepresidenta: es hora de cumplirle a Jamundí y arrebatarle a la ilegalidad un territorio que no aguanta más violencia.