La escritora danesa Janne Teller acaba de adaptar a la realidad colombiana su libro Guerra: ¿Y si te pasara a ti?. Tras estudiar la guerra en diez países, le impactó que en el caso de Colombia los desplazados sean extranjeros en su propio país.
Cuando sólo tenía 12 años, la madre de Janne Teller fue enviada desde su natal Austria hasta Dinamarca, donde llegó con una pequeña maleta y un cartelito donde estaba el apellido de la familia que la recibiría, en un acto desesperado que se realizó tras la hambruna que se tomó buena parte de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
Muchos años antes, el abuelo paterno de Teller combatió en la Primera Guerra Mundial y, al finalizar este conflicto, viendo como la guerra lo había devastado todo, decidió forjarse un mejor futuro en la lejana Dinamarca, a la cual llegó tras meses de caminar.
Janne Teller, aunque admite que ha tenido una vida llena de privilegios, entiende bien lo que significa tener que abandonar su mundo, desde sus costumbres y su idioma, para buscar un mejor futuro, en muchas ocasiones en un territorio hostil para ellos.
Además esta danesa de 52 años, que los últimos 20 los ha dedicado a la escritura, realizó un intenso trabajo con las Naciones Unidas y la Unión Europea en la resolución de conflictos y problemas humanitarios en distintas partes del mundo.
Todos estos elementos sin duda fueron claves en la escritura de Guerra: ¿Y si te pasara a ti?, un texto que por primera vez publicó hace 15 años, con tal impacto que lo ha publicado en distintos idiomas, pero con una interesante particularidad: siempre acomoda la historia al entorno del país en el cual se publica.
Esto mismo acaba de hacer con su edición colombiana, donde muchas han sido las víctimas de la violencia, pero también una gran cantidad de personas solo han sido testigos, en muchos casos con altas dosis de indiferencia.
[[nid:579367;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/09/p4gacetasep25-16n1photo02.jpg;left;{Libro 'Guerra' de la escritora Janne Teller.Especial para GACETA}]]Guerra es una invitación a ponerse en los zapatos de las víctimas que han tenido que abandonar sus hogares a causa de la violencia, y hace reflexionar sobre la idea del perdón y la aceptación del otro, de aquellos que muchas veces han sido rechazados o no bienvenidos.
La edición colombiana, entre sus distintas particularidades, es la primera de sus adaptaciones que se hace de un conflicto interno, pues las demás versiones adaptadas en los últimos años se ha concentrado en luchas entre distintos países que se van desangrando y el fenómeno de los refugiados.
En total, van diez versiones de la misma Guerra, y ya se encuentra trabajando en unas cuantas más, en las que siempre intenta que el lector se acerque al drama y el dolor de los refugiados.
Cuando con su editorial decidieron adaptar Guerra a la situación colombiana, lo primero que le sorprendió fue conocer que Colombia es el segundo país con más desplazados internos en el mundo, tan sólo superado por la dramática situación de Siria. Entendió que sería una adaptación especial.
En dicha adaptación, la guerra se da entre regiones, donde una fuerza centralista busca establecer lo que considera un nuevo país, y se enfrenta a los habitantes del occidente y el sur, quienes rechazan ese dominio, mientras que el norte ha tomado la decisión de mantenerse fuera de estas luchas.
Teller planeta un conflicto que se ha tomado las grandes ciudades del país, que no sólo han sido bombardeadas sino que ahora son atacadas con el hambre y la enfermedad que imperan en medio de la destrucción, por lo que el desplazamiento se genera de las urbes a las zonas rurales, en especial en el norte que aún no entra en batalla.
En esta reescritura, la autora encontró nuevos elementos que no están incluidos en las anteriores versiones de esta misma, como el sentimiento de los protagonistas al tener que huir de sus hogares y sentirse extranjeros en su propio país.
ENTRE GUERRAS
- ¿Cómo fue su acercamiento a la guerra para adaptar una misma historia a conflictos de distintas partes del mundo?
Escribí la primera versión en el 2001 para Dinamarca con la guerra de los países nórdicos, siguiendo a una familia danesa hasta Egipto, pero era un texto para una revista que tres años más tarde se convirtió en un libro con ilustraciones.
En el 2010, por primera vez, realizamos una versión para otro país, para Alemania, pero sentía que debía situar los hechos en ese lugar y su contexto para que la gente se pudiera identificar, por lo que fuimos generando una ficción en donde se producía una guerra y el deslazamiento de la población a otros países. Esto tuvo muy buena acogida y en Europa fuimos haciendo lo mismo en distintos países, pero siempre la familia huía a Egipto.
- ¿Y en el caso de la versión colombiana?
Existían varios elementos para tener en cuenta. Por un lado, no tenía sentido que el desplazamiento se hiciera hacia Egipto, pero por el otro lado aquí se ha vivido, y se vive aún, un conflicto armado, lo cual no tenía que ficcionar pero sí debía conocer bien.
También debía tener mucho cuidado, porque si bien en las versiones europeas el tema central son los refugiados, aquí el mayor problema es la alta población desplazada.
- ¿Qué no cambia dentro del relato teniendo tantas versiones?
Lo más importante, en esta y las otras versiones, es que yo no reflejo la realidad política actual, porque siento que eso puede llegar a bloquear la imaginación de las personas, y lo que más me interesa en este libro no es que el lector se centre en la guerra, sino en la situación de los refugiados y los desplazados, lo que les puede llegar a suceder al perder el control sobre su vida. También la pérdida de identidad, al igual que su propia autoestima.
DOLORES DE FAMILIA
- ¿Su familia sufrió una de las formas del desplazamiento?
Hasta cierto punto sí, mi madre llegó a Dinamarca desde Austria cuando ella tenía 12 años, porque tras la Segunda Guerra Mundial todo se destruyó y no había comida. Los niños en grado de desnutrición eran seleccionados para ser enviados a los países más ricos.
Por mi lado paterno, mi abuelo fue soldado de la Primera Guerra Mundial y después de la guerra decidió caminar hasta Dinamarca, no había otra manera, para hacer su vida allí.
Las guerras y las circunstancias geopolíticas cambian de manera contundente la vida de las personas, es real y generaciones de europeos lo vivieron y lo han padecido.
- En el prólogo del libro hace un llamado para que la historia no sea politizada, ¿es un temor constante que esto suceda?
Depende del país donde se lea. Mi deseo con el libro es que las personas que no han sido tocadas con la guerra logren tener una mejor comprensión de lo que ha sido la vida de aquellas personas que han sido víctimas.
El contexto político de las guerras, en esta obra, no es lo más importante. Porque en Europa, por ejemplo, veo con preocupación el refortalecimiento de los nacionalismos y la xenofobia, que están haciendo crecer los partidos que se están aprovechando de toda esta situación para lograr votos.
Esas personas, aquellos que creen en cosas como que el país debe ser solo para aquellos que nacieron en dicho territorio, me gustaría que leyeran el libro, porque lo más importante en el fin de un conflicto es lograr entender al otro, incluso a aquellos que están diciendo que Europa no puede recibir más refugiados.
Si se entendiera mejor lo horrible que es el destino para un refugiado, estoy segura que se tomarían mejores decisiones políticas sobre el tema.
- ¿Europa se está poniendo en los zapatos de los refugiados?
Yo creo que el pensamiento ha ido cambiando. Creo que este flujo de refugiados en los últimos cinco años ha hecho que el europeo entre en contacto con ellos, con su sufrimiento y entienda que debe hacer algo por él.
Sin embargo, existe un gran cantidad de personas, la mayoría de europeos, que no han tenido ese contacto directo con la guerra. Casi que solo lo han seguido por los medios de comunicación y lo ven muy raro, se encuentran con personas en las calles que no tienen nada, que tienen hambre, sucios, que todas sus pertenencias las llevan en una pequeña bolsa. La comunidad lo va entendiendo, pero las políticas que se están tomando hacen que Europa se esté cerrando más y más, incluso mi propio país está implementando terribles leyes contra los refugiados. ¿Cuál ha sido la reacción en Europa frente a su libro? ¿Esperó que su vigencia fuera tan grande? Es curioso, cuando escribí por primera vez este libro, en el 2001, pensé que tendría una actualidad o una necesidad corta. Pensé que el tema de las guerras, conflictos, refugiados y desplazados serían superadas en un mediano plazo, pero ha ocurrido todo lo contrario. Es más, ahora que vengo y conozco más de Colombia, con un conflicto armado que supera los 50 años, siento un ambiente de más esperanza y optimismo que en Europa. ¿Cómo ve el proceso de negociación que se ha realizado en Colombia en los últimos años para la eventual solución del conflicto armado? Siento que el camino hacia la paz se ha venido preparando desde hace 15 años. El contexto internacional ha sido muy importante porque, en todos estos años, si bien el narcotráfico sigue siendo un tema que se relaciona constantemente con Colombia, el país se ha ido dando a conocer por otras cosas muy positivas, y eso pesa. Es impresionante que en Colombia esté tan cerca un acuerdo con un grupo armado de tanto peso, pero el ciudadano colombiano debe tener claro que nunca se ha firmado en el mundo un acuerdo que deje a todas las partes felices, porque en las guerra siempre hay víctimas y victimarios mezclados en ambos bandos. Creo que lo más importante es que los colombianos ahora pueden escoger dirigir el rumbo de su mañana, en vez de quedarse intentando emparejar cosas del pasado. SU OTRO LIBRO: NADA Antes de la Guerra fue el libro Nada, una historia de lucha entre jóvenes, unos desencantados de la vida que bajan la guardia y declaran su derrota, mientras que otros se empeñan en demostrarles que la vida, pese a lo dura que puede ser, tiene sentido y vale la pena vivirla. Janne Teller creó al personaje de Pierre Antón, convivió con él durante varios años en la escritura de Nada. Se trata de un estudiante de colegio que ante el asombro de sus compañeros grita que la vida no tiene sentido, impactando a todos y desmoralizando a una gran cantidad de sus compañeros, quienes empiezan a gritar que en la vida nada importa. Buscaba presentar una batalla entre estos jóvenes, entre los desencantados y aquellos que creen en la vida, pero no en tonos rosa porque, a través de esas luchas, tanto unos como otros van descubriendo que solo al perder algo se aprecia su valor, que es una dolorosa tendencia del ser humano valorar las cosas cuando es demasiado tarde. Una vez terminó el libro, le costó encontrar una editorial que estuviera dispuesta a publicarlo, lo veían demasiado raro, drástico, algo violento, les incomodaba que incluyera temas como la violación, el sacrificio de animales y asesinatos, lo que hizo que incluso, en buena parte de Noruega, fuera prohibida. Fue muy extraño para mí, porque no escribí ese libro pensando en que fuera provocativo. Para mí fue una historia muy natural, que recorría las preguntas que los jóvenes se suelen hacer, o deberían hacerse a sí mismos en búsqueda de la vía correcta en la vida. La verdad me asombró encontrarme con semejante resistencia. Y agregó: Todo inició en mi propio país, Dinamarca, donde empezaron a circular artículos de prensa en donde se decía que los jóvenes podrían suicidarse o deprimirse al leer esta historia, pero yo sentí que era algo que debí hacer y que así debía mantenerlo porque escribí el libro de la manera que yo creía que debía y no sentía que fuera tan grave. No niega que dicha reacción la sorprendió, pero poco a poco se dio cuenta: las personas que estaban en contra del libro, en su mayoría aquellas que suelen pensar de manera convencional, eran bastante adultas, no los jóvenes, y gradualmente, asegura, comprendió que esos adultos rechazaban el libro porque ponía en vilo los valores y las prioridades que en vida pensaban que eran correctos. Los jóvenes, por el contrario, siempre han visto la luz en el libro, aunque este no tenga un final feliz, pero el mensaje es que pueden hacer su vida como ellos quieran, respetándose a sí mismos y a los demás. Ahora, ha sido editado en 28 idiomas tras años de polémicas en los países escandinavos, allí mismo es un libro de lectura escolar recomendado. Lo mismo ha empezado a ocurrir en instituciones educativas de otras partes del mundo. ¿Quién es Janne Teller? Nacida en 1964, novelista danesa de ascendencia austro-germana.Ha pasado diferentes etapas de su vida alrededor de todo el mundo. Actualmente vive a caballo entre Copenhague y Nueva York. Ha vivido y trabajado en resolución de conflictos humanitarios en lugares tan diversos como Tanzania, Mozambique y Bangladesh. En 1995 dejó su carrera profesional en Naciones Unidas para dedicarse plenamente a la literatura. La obra de Janne Teller incluye ensayos y relatos, y ha recibido diversas becas y premios. Sus libros filosóficos han causado controversia y provocado encendidos debates en Dinamarca, debates que se van extendiendo al resto del mundo.Al hacer la adaptación de su libro al caso colombiano, a Teller le impactó constatar que el número de desplazados solo es superado -en el mundo- por Siria.
La mayoría de los europeos de hoy no han tenido contacto con las guerras más allá de las noticias. Eso hace que las políticas europeas y las leyes se endurezcan contra los refugiados, explica Janne Teller.