“Él era un hombre muy agresivo y cuando se enfurecía le pegaba a los objetos que encontraba. Me decía que si le terminaba se iba a matar”, así describió Alejandra González a su expareja. Ella es la hija de José González, el taxista asesinado la semana pasada en Cali y cuyo cuerpo fue encontrado en la parte trasera del taxi en el que laboraba.
El conductor del vehículo, que fue perseguido por la Policía luego de ignorar una orden de pare en un puesto de control en Pance, sería el homicida de don José y fue, hasta hace solo 23 días, la pareja de Alejandra.
Días después del homicidio y tras la información que recibió por parte de un conocido en la Policía, Alejandra, de 17 años, identificó al presunto asesino de su progenitor como Marvin Narváez, su expareja sentimental.
De un momento a otro todo cobró sentido para la estudiante de Auxiliar de Veterinaria, pues durante el tiempo de relación, Marvin mostró comportamientos agresivos, obsesivos y, tras su separación, él habría continuado con estas maneras de actuar.
La joven, quien fue pareja de Marvin durante un año y nueve meses, contó que se conocieron cuando eran vecinos porque la casa donde ella vivía junto a su padre, en el barrio Los Lagos, al oriente de Cali, le pertenece a la abuela del presunto homicida.
Tiempo después de iniciado el noviazgo, Marvin empezó a mostrarse celoso, controlador y obsesivo con ella, por lo que decidió terminar la relación. Incluso, relata que no podía ir al gimnasio porque él se tornaba patán, agresivo y la amenazaba con quitarse la vida.
Confiesa que el comportamiento de su exnovio no fue lo único que la llevo a preocuparse sobre el peligro que podría correr, ya que el padre de su expareja la amenazó en reiteradas ocasiones pero, por temor a represalias, nunca llegó a instaurar una acción judicial hacia este sujeto y prefirió callar. Además, señaló que no entendía por qué su exsuegro la agredía si ella nunca hizo nada en su contra.
La hija de la víctima comentó que el padre de su exnovio, quien según ella también era taxista, solía consumir sustancias alucinógenas y portaba un arma de fuego de manera ilegal. Asimismo, el día del asesinato los familiares del presunto homicida abandonaron la residencia donde vivían, lo que aumenta la sospecha sobre su papel en los hechos.
Lea además: Tomar justicia por mano propia, una conducta que preocupa a las autoridades en Cali
Alejandra recordó que el pasado jueves su padre salió hacia las 5:30 p.m. a trabajar. La última vez que fue visto con vida fue en inmediaciones del Éxito de Calipso, aproximadamente a las 8:00 de la noche. Sin embargo, don José le envió un mensaje de texto que decía: “Te llamo más tarde”, situación que para ella fue extraña porque “él nunca hacía eso”.
Otro punto que destacó es que su expareja solicitaba de manera frecuente el servicio de taxi de don José, situación que a su padre no le gustaba ya que, según ella, Marvin aprovechaba los recorridos para indagar sobre la vida privada de la joven.
Ella afirmó que su padre nunca le comentó sobre alguna amenaza en su contra, por el contrario, dijo que él era conocido por ser muy amable y ayudar a los animales en condición de calle, lo que lo hizo querido por la comunidad del barrio.
Al preguntarle sobre cómo lo recordará, la joven aseveró que fue un “ser maravilloso en todo el sentido de la palabra. Colaborador, amante de los animales, un buen padre que siempre estaba pendiente y cuidaba de mí. Él daba la vida por mí”.
Ayer la joven estuvo todo el día en la Fiscalía para averiguar cómo avanzaba el caso, pero la respuesta que le dio la Institución fue que al sospechoso le encontraron $85.000 y que ese dinero debía registrarse como prueba para poder iniciar las investigaciones y pasarlas a un fiscal, motivo por el cual le manifestaron que no podían hacer nada y no le brindarían protección ni a ella ni a su familia.
Finalmente, le solicitó a los investigadores del homicidio celeridad en las investigaciones: “A las autoridades les pido que hagan justicia. Que el caso de mi papá no quede impune como muchos hechos que son similares en Colombia. Lo que mi exnovio hizo no corresponde a un problema psicológico, él no tiene ninguna dificultad y sus acciones las realizó en sus cinco sentidos”, finalizó.