El pasado 2 de febrero se celebró el Día Mundial de los Humedales, una jornada para conocer por qué estos espacios naturales conformados por una porción de agua y tierra son imprescindibles para la vida de los seres humanos y la fauna.

Cali, por ejemplo, es una ciudad privilegiada en ese sentido. Gracias a sus siete ríos, la conexión con los nacimientos de agua en Los Farallones, tiene en total 61 humedales en su zona urbana, 18 de ellos en sitios públicos, como el Ecoparque de Las Garzas o La Babilla, y 43 en terrenos privados como el batallón Pichincha y la Universidad del Valle.

Estos pequeños lagos y bosques alrededor de la ciudad prestan servicios que pocos caleños conocen y por lo tanto, no dimensionan. Por ejemplo, al estar conectados con los ríos, en temporadas de fuertes lluvias absorben el exceso de agua y previenen inundaciones en la zona plana, por lo que son fundamentales para la gestión del riesgo.

Además, la cobertura boscosa ayuda a capturar partículas de Co2, luego los humedales son fundamentales para limpiar el aire, descontaminarlo, por lo que se convierten en espacios imprescindibles para las ciudades en tiempos de cambio climático y calentamiento global.

Pero Cali no es la única privilegiada al tener tantos humedales. También Colombia. El país cuenta con una gran extensión de estos ecosistemas, llamados también los ‘riñones de la Tierra’, que cubren aproximadamente el 26 % del territorio. Con casi 30 millones de hectáreas de humedales, Colombia es considerado un “paraíso anfibio”.

Destacan por ejemplo la Laguna de la Cocha hasta los humedales del piedemonte llanero y el altiplano cundiboyacense, que garantizan la seguridad hídrica de millones de personas. Y sin embargo, están en riesgo.

En el caso de las ciudades, como Cali, la principal amenaza de los humedales es la expansión urbana. Las construcciones sepultan sus nacimientos de agua, cortan sus conexiones con los ríos, luego los humedales mueren lentamente. Las calles y las avenidas fraccionan sus espacios de bosque, además, donde habitan más de 100 especies de aves.

En la zona rural, la amenaza tiene que ver con la expansión de la ganadería y la agricultura. Según datos del Instituto Humboldt, alrededor del 95 % de las transformaciones de los humedales en Colombia se deben a la actividad humana. Por ello, es necesario, urgente, blindar los humedales.

Cuando los científicos advierten que el mundo está en plena crisis climática, las políticas públicas municipales y regionales deben apuntarle a la protección de estos ecosistemas, de los que depende el futuro de todos. Tener humedales es tener futuro, se dice, pero el desconocimiento generalizado de la importancia de estos espacios los está condenando a su lenta desaparición.