Editorial
Panorama del empleo
El actual Gobierno no ha tenido una política integral, de largo plazo, que incluya acuerdos nacionales con empresarios para incentivar el empleo.
El balance del mercado laboral en Colombia sigue dejando mucho que desear, pese a que el Gobierno Nacional destacó algunas cifras presentadas por el Dane para el año 2024.
Por ejemplo, la tasa de desempleo en el país se ubicó en 10,2% el año pasado, permaneciendo estable frente a 2023. Se generaron 248.000 nuevos puestos, pero la población desocupada aumentó en 28.000 personas.
En el país había hasta diciembre pasado 23,6 millones de personas ocupadas, 2,3 millones de desempleados y, adicionalmente, 14 millones de colombianos estaban por fuera del mercado laboral, tal vez porque estaban estudiando o porque ya no buscan más empleo. De igual forma, el 56,8% de los trabajadores colombianos tenían un ocupación informal.
Estas cifras son muy similares a lo que pasa en la ciudad de Cali y el área metropolitana que cerró el año 2024 con una tasa de desempleo de 11%, igual al 2023.
Los datos muestran que no han ocurrido cambios sustanciales en el mercado laboral, es decir, que más allá de que durante algunos meses el país experimente leves mejorías en las cifras, no hay transformaciones estructurales.
Algunos gobiernos han intentando promover políticas focalizadas para incentivar la contratación entre la población adulta y entre los jóvenes. Sin embargo, los resultados no son contundentes, en el último año la tasa de desempleo juvenil bajó menos de un punto de 16,5% a 15,6%; en ciudades como Cali la tasa es mayor y cerró el cuarto trimestre del año pasado en 16,9%.
De ahí la necesidad de que el Gobierno Nacional empiece a cerrar el círculo. Cuando arrancó el presidente Petro habló de hacer acuerdos para sacar adelante los principales proyectos que requería el país. Esos acuerdos no han sido concretados.
Representantes de sectores como la industria, el comercio y la construcción, que son grandes empleadores, han venido pidiendo, desde inicio del mandato, una plan de choque que permita la recuperación del crecimiento de estas actividades y, por ende, una mejoría en la contratación.
Más allá de brindar algunos beneficios a empleadores por generar nuevos puestos de trabajo, y cuyos resultados no se han dado a conocer, el actual Gobierno no ha tenido una política integral, de largo plazo, que incluya acuerdos nacionales con empresarios para incentivar el empleo.
Por el contrario, argumentan los empresarios, proyectos como la reforma laboral irían en contra de la generación de empleo en el país. El mismo Gobierno ha aceptado que la reforma no es para reducir la informalidad, un fenómeno que tiene una gran impacto en el país, ya que más de la mitad de los trabajadores están en esta condición.
Es hora de que los gobiernos concreten una política integral que produzca cambios estructurales en el mercado laboral colombiano. De lo contrario, el país seguirá con tasas de desempleo que no bajen del 9%.
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