La situación del gas natural en Colombia sigue generando incertidumbre. Mientras el Gobierno Nacional insiste en que no hay riesgos de desabastecimiento en el corto plazo, los agentes del sector sí temen que el país enfrente una crisis: ya se ha visto la necesidad de mayores importaciones y el impacto que esto tiene en las tarifas para los usuarios, que no es un tema menor para 11 millones de hogares colombianos que lo usan todos los días.

Y aunque se quiere tapar una realidad, insistiendo en que el problema es de las empresas y los gremios, la misma Unidad de Planeación Minero Energética, Upme, una entidad adscrita al Ministerio de Minas, tiene clara la situación y plantea un panorama diferente.

Esta entidad técnica acaba de actualizar el plan de abastecimiento del gas en Colombia y en él encuentra un escenario delicado, por lo que hace una serie de recomendaciones, que son las mismas que han hecho las empresas del sector, pero que parecen quedar ahí en los libros de los expertos.

Es importante que el país quiera avanzar en la transición energética, pero no puede borrar de un brochazo todo lo que le han permitido los hidrocarburos, tanto en la parte fiscal, con recursos cuantiosos, como en llevar un combustible económico a los hogares, lo cual podría estar cambiando en estos momentos.

Las alternativas que tiene Colombia para evitar una mayor crisis del gas están claras en ese documento de la Upme y se debería empezar por desempantanar los proyectos que hoy están parados por falta de licencias ambientales o las demoras en las consultas con las comunidades. Se necesitan, además, inversiones en gasoductos para tratar de unir la actual infraestructura, sin olvidar la exploración.

A esto se suman proyectos que no han podido volverse una realidad, como la regasificadora del Pacífico, cuya importancia se ratifica aún más en las actuales circunstancias en las que la importación de gas será una necesidad por unos años.

Este proyecto no ha podido salir adelante porque requiere un gasoducto que conecte Buenaventura con Yumbo y esto tiene grandes riesgos para un inversionista, de ahí que es uno de puntos que debería revisar el Gobierno, a la hora de sacar de nuevo la licitación.

La transición energética a la que invita el presidente Gustavo Petro, que en algunas ocasiones les ha enviado a los hogares el mensaje de que vuelvan al uso de la energía, como si fuera más barata o como si toda Colombia tuviera acceso a ella, requiere tiempo y sobre todo planeación, acompañada de decisiones congruentes con ello.

Es claro que Colombia tiene un gran potencial en energías renovables que ofrecen una alternativa sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles, pero hasta que esta transición no sea una realidad con proyectos listos y en marcha y con una amplia participación en la matriz energética, no se puede borrar lo que hoy tenemos. De lo contrario, quienes pagarán las consecuencias serán los hogares.