La nueva Comandante

El cambio en el comando de la Policía en el Valle del Cauca trae consigo el reto de garantizar la seguridad para los 4,7 millones de habitantes del departamento. Ahora será la coronel Sandra Liliana Ramírez, que asumió dicha función a principio de esta semana, quien deberá liderar la lucha contra los grupos delincuenciales que operan en la región, combatir las economías ilícitas y proteger a la población.

La decisión de trasladar a Bogotá al coronel Giovanni Cristancho, quien apenas estuvo 14 meses al mando de la Policía seccional, causó sorpresa, más cuando su gestión empezaba a mostrar resultados positivos con el desmantelamiento de bandas delictivas en ciudades como Tuluá, Palmira o Cartago y por su lucha frontal contra el microtráfico en varios municipios de la comarca.

En su reemplazo fue nombrada la coronel Ramírez, una policía con 31 años de carrera en la institución, experta en seguridad y criminología, quien aseguró en entrevista a este diario que no habrá ruptura en lo que se venía haciendo, que por el contrario se fortalecerá el trabajo y “las líneas de trabajo gruesas, en el Valle, seguirán siendo las mismas”.

Asumir las riendas de la Policía en un departamento donde confluyen los más diversos grupos criminales, desde bandas locales, pasando por milicias urbanas guerrilleras, más organizaciones del narcotráfico y el microtráfico que ahora impone la violencia en la mayoría de ciudades, es un desafío que demanda conocimiento de la situación y tener claras las tácticas para combatirlos de forma efectiva.

Da tranquilidad saber que la nueva Comandante es una mujer con amplia experiencia en la lucha contra la delincuencia, que está convencida de trabajar de manera articulada con la Gobernación y las administraciones locales en el propósito de mantener la tranquilidad y el orden regional. Contar con una institución cercana a la gente, en la que confíen los ciudadanos y que demuestre transparencia en sus actuaciones es esencial en esos propósitos.

Los retos comienzan por disminuir el número de homicidios en el Valle, que si bien tuvieron una reducción del 3%, sumaron más de 1100 en 2024, ello sin contar a Cali. Así mismo, hay que acabar con la extorsión, uno de los delitos que más golpea a los municipios, y se debe mantener la tendencia a la baja del hurto a personas y del secuestro.

El riesgo por la presencia de grupos armados ilegales es permanente, por lo cual es necesario trabajar junto a las Fuerzas Militares para garantizar la protección de los vallecaucanos. También es indispensable que la Justicia actúe con la rapidez necesaria para que los esfuerzos para contener el crimen no se estrellen con la paquidermia del sistema.

El Valle del Cauca le da la bienvenida a la nueva Comandante de la Policía seccional, y deposita en ella la confianza en la seguridad de la comarca, para que se les brinde a los vallecaucanos la tranquilidad que demandan y se libre al departamento del accionar de la delincuencia y los violentos, con la certeza de que la sociedad la acompañara a ella y a su institución en esos propósitos.