Colombia ve con estupor cómo a diario se detectan nuevos casos de explotación sexual de menores de edad en diferentes ciudades del país. Es un delito gravísimo, que afecta a la mayoría de naciones, y contra el que la sociedad en general debe actuar con contundencia. De ahí la importancia que tiene la campaña Sembrando Protección, que se lanza hoy y tiene como propósito prevenir ese fenómeno en Cali y en el Valle del Cauca.

Las cifras no pueden ser más preocupantes. Según datos de la Policía Nacional, en los últimos dos años se han presentado en el territorio nacional 3401 casos de menores víctimas de explotación sexual, en los que se han visto involucrados 35.000 niños, niñas y adolescentes. Junto a Indonesia, Tailandia España, Brasil y México, Colombia está en el top más alto de naciones donde se presenta ese delito.

Como se ha conocido en hechos recientes ocurridos en Medellín o Cartagena, el sector turístico ha sido permeado por esas prácticas aberrantes. Los registros indican que zonas como La Candelaria, en Bogotá; el Parque Lleras de Medellín; la Ciudad Amurallada, en Cartagena; al igual que Santa Marta y el Eje Cafetero son los lugares donde mayor cantidad de explotación sexual infantil se presenta. Les sigue Cali, donde el número de denuncias aún es reducido.

Para evitar que la ciudad se convierta en un nuevo destino del turismo sexual con menores de edad, Cotelco Valle, con el apoyo de la Gobernación y la Alcaldía junto a sus respectivas Secretarías de Turismo; Acodres, el gremio que agrupa al sector gastronómico; la Policía Nacional, la Personería Distrital y el Instituto de Bienestar Familiar, lanzan este jueves su programa Sembrando Protección.

El propósito es formar y alertar a los hoteles, moteles, restaurantes, comercio nocturno y a la ciudadanía en general, sobre las diferentes prácticas que se deben observar para prevenir este delito. Así mismo, dónde se pueden denunciar posibles casos o cuáles son los pasos a seguir si se tiene conocimiento de algún evento.

La protección de los niños y adolescentes que puedan ser víctimas de explotación sexual es una obligación de las autoridades encargadas de garantizar la seguridad y el bienestar de los menores de 18 años.

También es responsabilidad del sector hotelero y turístico velar porque las leyes se cumplan, prohibir el ingreso de niños y niñas a sus instalaciones si no se ha comprobado el acompañamiento de sus padres y avisar a la Policía, so pena de incurrir ellos mismos en un delito y exponerse al cierre de sus negocios y a la extinción de dominio, como lo ordena la ley.

Es la ciudadanía en general la que debe mantenerse con los ojos bien abiertos, estar alerta y denunciar ante el mínimo atisbo de que se pueda estar cometiendo un caso de explotación sexual infantil.

La sociedad está llamada a cuidar a su niñez de quienes pretenden utilizarla y violentarla, por ello hay que respaldar iniciativas como Sembrando Protección, que buscan salvaguardar a los menores de edad caleños y vallecaucanos de las garras de esos infames depredadores.