Por Olga Lucía Criollo, Editora Política
“El Presidente podrá buscar modificar las normas para una reelección, pero jamás tendrá los votos de los colombianos. Él ha mostrado ser muy incompetente a la hora de resolver los problemas de los colombianos, muy descuidado en la administración del Estado y un dilapidador de los recursos públicos”.
Por lo anterior, la senadora por el Centro Democrático Paloma Valencia no ve “ninguna posibilidad” de que Gustavo Petro vaya a reelegirse y “tampoco veo en el Congreso ningún ánimo de modificar normas que le permitan mantenerse en el poder. Él tiene que terminar sus cuatro años y los terminará con la misma mediocridad con la que ha gobernado”.
¿Quedó satisfecha con todas las gestiones que usted y otros miembros de su partido realizaron en Washington la semana pasada?
Era una visita fundamental, para que los organismos multilaterales y los congresistas de Estados Unidos entendieran el contexto de lo que está pasando en Colombia, que no se trata de manifestaciones pequeñas frente a la Corte Suprema, sino que lleven banderas y bloqueen, una intimidación tremenda contra la Corte que pone en riesgo las garantías que tiene que tener para elegir Fiscal, cuando, además, el Presidente tiene tres causas penales cercanas: la de su hijo, la de su hermano y la de su campaña. Ese contexto cambia la interpretación que se puede tener de la orden de manifestarse contra la Corte que ha dado el Presidente.
Usted ha dicho que el Presidente estaría buscando hacerse a un poder absoluto. ¿Por qué lo afirma?
La primera vez que el presidente Petro habló de golpe, usó que era golpe blando, cuando el Consejo de Estado tomó decisiones contra miembros de su partido, que se han tomado contra cualquier colombiano. Incluso, el Consejo de Estado tuvo que pronunciarse de manera enérgica contra ese ataque. Luego vino la Corte Constitucional, que, al fallar en contra de normas del Presidente, también fue atacada, y ahora viene lo de la Corte Suprema, que es un paso más: ya no solo atacarla, sino ordenar manifestaciones y casi que permitir bloqueos e intimidación con banderas del M-19 a magistrados que vivieron un asesinato en los años 80 por el M-19, del cual el Presidente fue parte, y uno ve que vuelven a mencionar una comisión internacional contra la corrupción, una manera de decapitar la Justicia colombiana y tener una Justicia de bolsillo de organismos internacionales, que bien sabemos cómo funcionó en Guatemala con el actual Ministro de Defensa y una de las ternadas a Fiscal.
Hay quienes dicen que con la reforma a la Justicia se estaría abriendo una puerta a una posible reelección presidencial, ¿qué opina?
El Presidente podrá buscar modificar las normas para una reelección, pero jamás tendrá los votos de los colombianos. Él ha mostrado ser muy incompetente a la hora de resolver los problemas de los colombianos, muy descuidado en la administración del Estado y dilapidador de los recursos públicos. No veo ninguna posibilidad de que Petro vaya a reelegirse y tampoco veo en el Congreso ningún ánimo de cambiar normas que le permitan mantenerse en el poder. Petro tiene que terminar sus cuatro años y los terminará con la misma mediocridad con la que ha gobernado.
¿Cómo ve el ambiente en el Senado para las reformas del Gobierno?
Es muy difícil predecir el Congreso, porque ahí no se mueven los intereses de Colombia, sino la mermelada y los intereses de los congresistas. Espero que el Congreso entienda que son reformas que no le convienen al país, y que Colombia necesita avanzar en la solución de sus problemas y no destruir las cosas que funcionan. La reforma a la salud es un suicidio para el Gobierno actual, porque va a tener que cargar con la enfermedad y muerte de muchos colombianos, pero además es un atropello a la democracia, que logró en 30 años construir un sistema de salud que es calificado por expertos como uno de los mejores del mundo.
Usted calificó de indolente al Presidente a raíz de las explicaciones que dio frente al informe de la Contraloría sobre las EPS, ¿por qué?
Un presidente que anda preocupado por tener la razón, más que por resolverles los problemas a los colombianos, es un presidente indolente, que no entiende que los desafíos de la nación no son tener la razón, sino que los colombianos estén bien, no importa cuál sea la ideología que resuelva los problemas. El Presidente está embarcado en una lucha ideológica que no tiene ningún efecto positivo sobre los colombianos y está llevando el país por un rumbo muy equivocado.
¿Qué posibilidades hay de que la reforma a la salud pase a la Comisión Primera y qué pasaría con lo aprobado en Cámara?
Es una ley estatutaria porque la salud es un derecho fundamental y, cuando a uno le van a quitar el derecho a escoger si quiere un aseguramiento público, privado o mixto, para obligarlo a estar en uno público, están tocando el núcleo esencial del derecho y, por lo tanto, es estatutaria. Eso significa que se tiene que tramitar por la Comisión Primera, dentro de términos y mayorías precisas. Ese argumento va a demostrar que esta es una ley inconstitucional y que todo lo que se apruebe, lo va a tumbar la Corte Constitucional, pero, además, si el Senado, como tiene que hacerlo, toma una decisión distinta a la de la Cámara, significa que el proyecto queda viciado por trámite y, por lo tanto, estaría muerto.
¿Qué estrategia va a usar la oposición para impedir que el proyecto sea aprobado en el Senado?
La primera, defender la naturaleza estatutaria del proyecto, que da lugar a que luego sea demandado y la Corte lo derogue. Lo segundo, vamos a hacer foros y a recorrer este país, para que los colombianos entiendan la gravedad de que nos cambien de un sistema que funciona a uno manejado por la politiquería, donde los políticos locales van a decidir cuáles son los hospitales y los precios y quién puede ser tratado. Esto nos va a costar muchísimos recursos y lo que va a significar es peor calidad de la salud para los colombianos.
¿Qué aspectos le preocupan más de lo que se aprobó en la Cámara?
Primero, la burocratización. Imagínese que tengamos 20.000 o 25.000 equipos con médicos y enfermeras caminando: si cada equipo tiene quince personas, vamos a tener una burocracia de 150.000 personas: la plata de la salud en burocracia. Segundo, va a tener incidencia la decisión política, que no ha estado marcada por transparencia, en la conformación de las redes de servicio, y va a tener un problema gigantesco en términos de cómo se construyen los precios del sistema y cómo se hace la integración de las redes de servicio del paciente. Tercero, lo que va a ser que usted tenga que ir a un cap, que en realidad va a ser como un CAI, y le digan: ‘sí, está grave, váyase a un hospital’. ¿Quién lo va a dirigir?, ¿quién va a saber dónde están los especialistas? Nos estamos metiendo en unos problemas que son irresolubles. Tal vez una ciudad como Cali podría tener capacidad de orientar a los pacientes, pero ¿qué pasa con los pueblos de Colombia, sí tienen las alcaldías la capacidad de decidir adónde y cómo mandar a los pacientes? Los colombianos nos vamos a quedar sin servicio de salud.
El presidente Petro acusó a la extrema derecha de sabotear la reforma...
No la estamos saboteando, la estamos enfrentando con toda decisión, porque es un pésimo proyecto, que ni siquiera en el papel funciona. Parece hecho por una persona que no tuviera interés en que los colombianos tuvieran salud, sino en acaparar los fondos de la salud para hacer politiquería, que es lo que se le está viendo al Presidente. Y en Colombia no hay extremas derechas, y es bueno que el Presidente empiece a respetar la oposición; lo que pasa es que a él cada vez le sale más un carácter antidemocrático.
En ese mismo tuit también dijo que las finanzas del Estado están a punto de colapsar...
El Presidente recibió unas arcas llenas y, no contento con eso, metió una reforma tributaria que le sacó a los colombianos más de $ 15 billones, y lo que se está viendo hoy es una crisis económica por cuenta del deseo de acaparar recursos que se gastan en politiquería y burocracia. Es inaceptable que el Presidente hable de que no hay dinero, pero tenga plata para crear nueve embajadas y la familia presidencial pueda tener masajistas y mejores amigas en sus comitivas; es injusto que hable de que no hay plata, cuando hay plata para crear una nueva jurisdicción agraria, para gastarse $ 900.000 millones en burocracia del Ministerio de la Igualdad, crear seis mil puestos en la Dian y cuando el crecimiento en gasto burocrático sigue creciendo, sin que haya significado mejora en los servicios del Estado en ninguna parte del país.
¿No cree que hay mucha inestabilidad e interinidad en el Gobierno Nacional?
Veo que el Presidente sigue buscando enrocarse y que está muy solo. Pareciera que nadie más le recibe cargos, porque los movimientos que hace son con los mismos que ya están en el Gobierno. Hay señales de mucha debilidad del Gobierno, pero sobre todo de soledad, en términos de quién lo pueda acompañar.
¿Una soledad que ahora también se extiende al Senado, tras la salida de esa corporación de sus principales alfiles?
Petro viene quejándose de que en las democracias él no tenga un poder de emperador, pero, por fortuna, las democracias son así y los poderes se diluyen y, en política, cuando usted se queda solo, empieza a sentir las consecuencias de los gobiernos poco populares, donde lo que usted propone, muy pocos lo aceptan.