La fritura es una técnica culinaria popular que se utiliza en muchas cocinas del mundo para agregar sabor y textura a los alimentos. Sin embargo, el proceso de reutilizar el aceite de cocina, una práctica común en hogares y restaurantes para ahorrar dinero, conlleva varios riesgos para la salud. Este artículo explore los peligros asociados con el uso repetido de aceite de cocina para freír y cómo puede impactar negativamente en la salud.
Formación de compuestos nocivos
Cuando el aceite se calienta a altas temperaturas, como es el caso de la fritura, comienza a descomponerse y produce varios compuestos nocivos, entre ellos los aldehídos, acroleína, y acrilamida. Estos compuestos se forman cuando el aceite se sobrecalienta y pueden tener varios efectos adversos en la salud. La acrilamida, por ejemplo, se ha clasificado como un posible carcinógeno humano y ha sido vinculada con el desarrollo de varios tipos de cáncer.
Incremento de las grasas trans
El uso repetido del aceite de cocina también aumenta la cantidad de grasas trans presentes en los alimentos fritos. Las grasas trans son creadas cuando los aceites vegetales son hidrogenados y se ha demostrado que aumentan el riesgo de enfermedades coronarias, elevan los niveles de colesterol “malo” (LDL) y reducen el colesterol “bueno” (HDL). Consumir alimentos preparados con aceite reutilizado puede contribuir significativamente al consumo de grasas trans, lo que representa un riesgo adicional para la salud cardiovascular.
Degradación y pérdida de nutrientes
El aceite de cocina pierde sus nutrientes cuando se expone repetidamente a altas temperaturas. Los antioxidantes naturales presentes en aceites como el de oliva o de girasol se degradan con cada uso, reduciendo así los beneficios saludables que originalmente podrían ofrecer. Además, los alimentos fritos en aceite degradado pueden absorber compuestos de descomposición que disminuyen aún más su valor nutricional.
Riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud
Reutilizar el aceite de cocina puede incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Los estudios han encontrado que la exposición a aceites usados puede conducir a una mayor presión arterial y a la inflamación, factores que son conocidos por contribuir al desarrollo de enfermedades cardiacas. Además, la inhalación de humos de aceites que se usan repetidamente puede afectar negativamente la salud pulmonar.
- Efectos sobre el sistema digestivo
El consumo de alimentos preparados con aceite reutilizado puede causar malestar estomacal, como indigestión, náuseas y diarrea. Esto se debe a que los aceites degradados contienen peróxidos y otros compuestos volátiles que pueden irritar el revestimiento del estómago y del intestino, complicando los procesos digestivos normales.
Recomendaciones para uso seguro del aceite
Para minimizar los riesgos para la salud asociados con la reutilización de aceite de cocina, se recomienda seguir estas pautas:
- No sobrecalentar el aceite: Evitar calentar el aceite a temperaturas que generen humo.
- Usar aceites con un alto punto de humo: Aceites como el de girasol, maní o canola son más estables a altas temperaturas.
- Limitar el número de usos: No reutilizar el aceite más de dos veces y descartarlo si muestra signos de deterioro como un color oscuro, olor rancio o excesiva viscosidad.
- Filtrar el aceite después de cada uso: Esto ayuda a eliminar partículas de comida que pueden acelerar la descomposición del aceite.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.