Por: Valeria Silva Yanza, del Semillero de Periodismo UAO - El País

La falta de energía, el exceso de sangrado durante la menstruación, el sueño constante, las ojeras y el color amarillento de la piel son señales de que una persona puede tener anemia.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, asegura que esta enfermedad representa un grave problema de salud pública a nivel mundial pues el 33 % de las mujeres entre 15 y 49 años padecen de esta deficiencia.

Hay síntomas de la anemia que se hacen muy evidentes y son una señal de que se debe recurrir a un médico. En las mujeres son: fatiga, debilidad, palidez, dificultad para concentrarse, mareos, manos y pies fríos, uñas quebradizas, inflamación o dolor en la lengua, dificultad para respirar y ritmo cardíaco acelerado.

Estos síntomas pueden afectar significativamente la calidad de vida de la población femenina y, en casos graves, pueden tener consecuencias muy serias, como complicaciones en el embarazo y en el parto.

La anemia es una afección en la que el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina es baja, dentro del rango normal. | Foto: Getty Images

En 2019, la anemia le cambió la vida a la caleña Carol Mauigual cuando tuvo que dejar de lado su pasión por el patinaje por el agotamiento físico y los mareos fuertes que padecía. Ella descubrió que tenía anemia cuando notó que sus períodos menstruales duraban alrededor de 20 días, lo que la llevó a consultar con su ginecóloga, quien le dio el diagnóstico: “Realmente le dio un giro de 180° a mi vida, el deporte que practiqué desde los 4 años tuve que dejarlo porque no tenía la fuerza para sostenerme de pie, con solo pararme sentía que me iba a caer y, además, los mareos que tenía hacía que me quedara quieta varios minutos para que me pasara”, relató.

Añadió la joven de 21 años que su apetito cambió, “pasé de ser una persona que comía de maneras impresionantes a dejar de comer y empezar a elegir qué comía y qué no, de ser alguien a quien le encantaba comer mango viche con limón y sal a tener que dejarlo de lado por mi salud, y aparte, pasar a tomar suplementos y vitaminas para poder cuidar mis niveles de anemia, aunque al final pude salir de esa gravedad y ahora mis niveles de anemia son bajos. Sigo cuidando mi comida y manteniéndome saludable para no volver a caer en mis etapas iniciales”, aseguró Carol.

Los síntomas de esta condición fueron vividos casi al pie de la letra por Carol: mareos constantes, migrañas severas, pérdida de apetito, debilidad al momento de realizar sus actividades diarias e insomnio.

Además, comenzó a tener tratamientos con medicamentos orales, para cuando siente mucha fatiga y mareos, y a tomar pastillas para planificar de forma diaria que le ayudan a controlar la hemorragia, e ingiere sulfato ferroso. Ya cumplió cuatro años con este tratamiento y ahora se “siente más fuerte”.

Darling Valencia, de 46 años, es otra colombiana que ha padecido anemia desde muy temprana edad. Desde su primera menstruación, a los 10 años, el flujo era abundante y fue así durante muchos años de vida. Ella presentaba diversos síntomas como palidez de la piel, especialmente, en la palma de las manos, que se tornaban de un color más amarillento, también sentía fatiga extrema en su día a día, sobre todo, cuando realizaba actividad deportiva llegando a ser tachada de “floja”.

Además, cuando trabajaba, sentía los horarios excesivamente pesados y por ello tuvo que incursionar al trabajo independiente para poder conseguir un mejor horario que se adecuara a su condición de frecuente cansancio.

Ana María Vélez, de 47años, hace tres meses fue diagnosticada con anemia e inmediatamente comenzó tratamiento. Ella se enteró de su enfermedad cuando un profundo cansancio invadía sus días, impidiéndole rendir con las tareas del hogar como antes, también notó la caída del cabello y sus uñas de las manos se comenzaron a quebrar fácilmente.

Las mujeres suelen tener un mayor riesgo al desarrollo de la anemia debido a factores biológicos como la menstruación regular y la pérdida de sangre durante el ciclo menstrual, así como embarazos frecuentes que aumentan la demanda de hierro y nutrientes. Adicionado a lo anterior, se recalca la falta de acceso a una atención médica adecuada y la poca conciencia sobre la importancia de la salud nutricional que también contribuye a esta problemática.

Alimentos ricos en hierro son claves

Para abordar esta preocupación de manera efectiva, los tratamientos de la anemia en mujeres en edad fértil se centran en una combinación de enfoques que son la administración de suplementos de hierro para aumentar los niveles de hemoglobina, una dieta rica en alimentos con alto contenido de hierro, como lo son la carne roja, espinacas y legumbres, en especial las lentejas, así como la identificación y el tratamiento de cualquier causa oculta que esté generando o ayude al desarrollo de la anemia. Además, se hace énfasis en la importancia de una alimentación equilibrada y la detección temprana.

Darling Valencia denunció no haber recibido atención oportuna y adecuada para tener un buen diagnóstico, pues señala que por su físico de los doctores recibió comentarios como “nadie gordito tiene anemia”, por lo que la hacían pensar que estaba exagerando con sus síntomas.

Darling, quien también es psicóloga, atribuye que otra de las razones por las que no se le diagnosticó a tiempo la anemia fue el hecho de que quienes la atendían eran en su mayoría hombres que siempre decían que era normal su gran nivel de flujo menstrual. Solo hasta que una mujer la examinó recibió un diagnóstico apropiado.

Suplementación con hierro, vitamina B12 o ácido fólico, según sea necesario, son algunas de las recomendaciones para combatir la anemia. | Foto: Olga Yastremska, New Africa, Africa Studio

A ella se le diagnosticó anemia debido a que tenía endometriosis y miomas, estos le generaban mucho dolor durante su ciclo menstrual, es por ello que comienzan los doctores a ponerle atención y se dan cuenta del abundante flujo que ella tenía, no era normal. Desde ahí comenzó con un tratamiento que constaba de transfusión de hierro y consumir alimentos ricos en hierro.

Sin embargo, le practicaron una histerectomía, que según ella, fue lo mejor que le pudo suceder. Gracias a esto, la anemia cesó totalmente dándole comienzo a una nueva vida donde puede hacer actividades que antes no. Ya no siente fatiga excesiva y vive de una forma más tranquila, aunque continua con la dieta rica en hierro.

En el caso de Ana María, al ser una enfermedad que apenas comenzaba a sus 47 años, pudo actuar de manera inmediata con una receta de una tableta de hierro cada 24 horas y otro medicamento cada mañana en ayunas. Ella aún continua con el tratamiento, pues todavía la enfermedad persiste.

Es fundamental que las personas conozcan la importancia que tiene el hierro en el organismo, pues es uno de los minerales más necesarios para su correcto funcionamiento y no todas las personas están familiarizadas con su función y los síntomas que nos pueden indicar una carencia de este mineral. Por eso, hacemos un llamado al autocuidado, a no normalizar ningún síntoma y a consultar con un profesional de la salud en caso de presentarlos. Un diagnóstico y tratamiento oportunos pueden hacer la diferencia a largo plazo”, señaló el doctor Mario Merchán, senior medical manager en P&G Health.

Anemia y salud mental

Por otro lado, se debe tener presente que existe una relación entre la anemia y la salud mental. Actualmente es un campo de investigación que se encuentra en crecimiento, y los estudios han demostrado que existe una correlación entre la anemia y un mayor riesgo de depresión y ansiedad en mujeres en edad fértil, ya que la fatiga constante, la falta de energía y la disminución de la calidad de vida que a menudo acompañan a la anemia pueden contribuir a la aparición de síntomas depresivos y ansiosos.

Además, la carga emocional de lidiar con una enfermedad como la anemia puede aportar al desarrollo de estos problemas.

Los expertos en salud mencionan la importancia de abordar tanto los aspectos físicos como los mentales de la anemia en la población femenina que se encuentra en una edad fértil. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado de esta afección son esenciales para mejorar la calidad de vida de las pacientes y reducir el riesgo de complicaciones de salud mental.

Distintos estudios han demostrado que existe una correlación entre la anemia y un mayor riesgo de depresión y ansiedad en mujeres en edad fértil. | Foto: 123RF/ El País

Los médicos de P&G Health que adelantan la campaña ‘Colombia sin anemia’, también aconsejan la importancia de la detección y el tratamiento de la depresión y la ansiedad en estas mujeres para garantizar un enfoque holístico de su bienestar.

Y es que se puede mejorar significativamente la calidad de vida de las mujeres que padecen anemia y ayudarlas a llevar una vida más saludable y equilibrada con una atención integral.

Por su formación como psicóloga, Darling pudo detectar en ella síntomas relacionados con la depresión. “Había días en los que no me podía parar de la cama de lo mal que me sentía”.

Para ella el malestar no solo era físico, sino también mental. Comentarios como “eres floja”, la hacían sentir frustrada porque al no contar por muchos años con un buen diagnóstico, la tachaban con ese tipo de adjetivos, cuando realmente era algo físico lo que le sucedía.

Consejos

  • Diagnóstico temprano: Es esencial que las mujeres se sometan a chequeos de salud regulares que incluyan análisis de sangre para detectar la anemia. Un diagnóstico temprano permite iniciar el tratamiento adecuado a tiempo.
  • Suplementación: En casos de deficiencias nutricionales, los expertos recomiendan la suplementación con hierro, vitamina B12 o ácido fólico, según sea necesario. Estos suplementos pueden ayudar a aumentar los niveles de hemoglobina en la sangre.
  • Dieta balanceada: Una alimentación rica en hierro, vitaminas y minerales es esencial para prevenir la anemia. Las mujeres deben incluir alimentos como carnes magras, pescado, espinacas, legumbres y cereales fortificados en su dieta diaria.
  • Manejo de la menstruación: En caso de anemia relacionada con la menstruación abundante, se pueden explorar opciones como el uso de anticonceptivos para regular el ciclo menstrual y reducir la pérdida de sangre.