La ansiedad puede ser un problema desagradable para muchas personas. Esto puede generar cansancio y preocupación, la cual puede ir aumentando hasta perjudicar gravemente a la persona.

Para hacer frente a este problema, existen diferentes métodos disponibles: asesoramiento, medicación o el mindfulness. Pero está demostrado que la incorporación de una dieta equilibrada, en la que no puede haber un exceso de cafeína o alcohol, puede desempeñar un papel importante en el control de la ansiedad.

El 90,7% de los encuestados cree que la emergencia sanitaria y las medidas tomadas por el Gobierno colombiano para mitigar sus efectos “impactarán a las empresas del país a largo plazo, independientemente de su tamaño".

La ansiedad y la comida suelen compartir una relación compleja, ya que lo que se come puede repercutir en el bienestar mental, y viceversa. Por este motivo es importante conocer algunos de los alimentos que tienen propiedades específicas para poder lidiar con la ansiedad. Algunos de ellos son:

Aguacate

Esta fruta es preferida por muchas personas en América Latina, ya que es ideal para realizar varias recetas.

También es reconocida por su alto contenido en vitaminas del grupo B, cruciales para la salud de los nervios y las células cerebrales. Las deficiencias de estas vitaminas suelen estar relacionadas con la ansiedad, por lo que integrar los aguacates en la dieta de una persona que padece esta enfermedad, podría ser una forma deliciosa de potenciar el bienestar mental.

Adicionalmente, los ácidos grasos de este alimento son esenciales y ayudan a que el sistema nervioso funcione de la manera correcta, a lo que se suma su alto contenido en vitamina B que calma el nerviosismo.

Chocolate negro

Esta delicia dulce, que muchas personas prefieren no comer por no engordar, deleitará el paladar a la vez que calma la ansiedad, ya que el chocolate negro es rico en flavonoles, antioxidantes conocidos por mejorar la función cerebral.

El portal mundodeportivo.com, destacó además, que “es una buena fuente de magnesio, un tranquilizante natural”. Debe tener en cuenta que cuanto más oscuro sea el chocolate, mayores serán sus beneficios, así que debe procurar que este tenga al menos un 70% de cacao.

Espárragos

La depresión se ha relacionado con bajos niveles de ácido fólico, y un vegetal que aumenta este nutriente que mejora el estado de ánimo es el espárrago.

Según informó el portal vogue.mx, “una sola taza proporciona dos tercios de las necesidades diarias, y es fácil incluir espárragos en casi cualquier comida”. Las personas pueden comerlas en cualquier plato combinado con pescado, carne, y todo tipo de hidratos de carbono como pasta o arroz.

Los espárragos son una opción saludable para incluir en la alimentación diaria. | Foto: Libre de derechos

Espinacas

Las espinacas son un superalimento rico en nutrientes que puede ayudar a aliviar la ansiedad. Es una gran fuente de magnesio, que ayuda a calmar el sistema nervioso y a regular el estado de ánimo. Las espinacas también contienen folato, una vitamina B que favorece la síntesis de neurotransmisores y promueve la estabilidad emocional. Además, los antioxidantes de las espinacas, como las vitaminas C y E, reducen la inflamación y el estrés oxidativo, lo que puede reducir los niveles de ansiedad.

Huevos

El huevo es importante para reducir la ansiedad debido a su contenido de triptófano, que es un aminoácido esencial que se encuentra en diferentes alimentos, incluyendo el huevo. Este aminoácido es utilizado por el cuerpo para producir serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y promueve la sensación de bienestar.

El huevo puede reducir el estrés y la ansiedad. | Foto: Andrew Carmichael

Además del triptófano, el huevo también es una buena fuente de proteínas y vitaminas del grupo B, como la vitamina B12 y el ácido fólico, que desempeñan un papel importante en el funcionamiento adecuado del sistema nervioso. Estos nutrientes pueden contribuir a mantener un equilibrio emocional y una buena salud mental en general.

En definitiva, conviene señalar que los cambios en la alimentación pueden marcar una diferencia en el estado de ánimo general o en la sensación de bienestar, pero no sustituyen el tratamiento. Los cambios en el estilo de vida, como mejorar los hábitos de sueño, aumentar el apoyo social, utilizar técnicas para reducir el estrés y hacer actividad física de forma regular, también pueden ser de ayuda.