Las várices son venas dilatadas, retorcidas y visibles debajo de la superficie de la piel, generalmente en las piernas y los pies. Estas venas anormales se forman cuando las válvulas venosas que normalmente evitan que la sangre fluya hacia atrás en las venas no funcionan correctamente. Como resultado, la sangre se acumula causando que se dilaten y se vuelvan visibles a través de la piel.
Las várices pueden ser un signo de insuficiencia venosa, lo que significa que la sangre no fluye adecuadamente desde las piernas hacia el corazón. En casos graves, las várices pueden contribuir a problemas circulatorios más serios como la formación de coágulos sanguíneos (trombosis venosa profunda).
Además, están otros factores como la falta de actividad física y estar de pie o sentado durante largos períodos de tiempo, el envejecimiento que puede generar pérdida de elasticidad y las válvulas pueden funcionar menos eficientemente, la obesidad y el embarazo.
Muchas personas buscan eliminar las várices por razones estéticas, ya que pueden considerarlas antiestéticas. Sin embargo, también pueden buscar tratamiento debido a los síntomas y problemas de salud que pueden estar asociados con las várices, como:
- Dolor o sensación de pesadez en las piernas.
- Hinchazón en las piernas y los tobillos.
- Calambres nocturnos en las piernas.
- Picazón o irritación en la piel sobre las várices.
- Cambios en la pigmentación de la piel alrededor de las várices.
- Úlceras venosas (en casos graves).
Al tratarse de un problema recurrente, muchas personas acuden a remedios o preparaciones caseras a base de ingredientes naturales para eliminar las várices. Los ingredientes para muchos remedios caseros suelen estar disponibles en casa o en tiendas locales, lo que facilita su uso sin la necesidad de una receta médica.
Por otra parte, están los costos más económicos y la percepción de que estas medidas son más seguras en comparación con los procedimientos médicos más invasivos. Las personas pueden sentirse más cómodas probando remedios caseros antes de considerar tratamientos médicos más avanzados.
Es importante destacar que los remedios caseros generalmente no pueden eliminar completamente las venas varicosas, especialmente si están en un estado avanzado. En muchos casos, estos remedios pueden brindar alivio temporal de los síntomas y ayudar a reducir la apariencia de las venas varicosas, pero es poco probable que ofrezcan una solución permanente.
No obstante, en el último tiempo muchas personas se han inclinado por la manzanilla y la caléndula para solucionar estas molestias. Se trata de dos hierbas que se han utilizado tradicionalmente en la medicina herbal para tratar una variedad de problemas de salud, incluidos los relacionados con la piel y la circulación.
Tanto la manzanilla como la caléndula tienen propiedades antiinflamatorias. Las várices a menudo están asociadas con la inflamación de las venas, lo que puede causar dolor y molestias. Se cree que las propiedades antiinflamatorias de estas hierbas pueden ayudar a aliviar algunos de estos síntomas.
También, la caléndula se ha utilizado en la medicina herbal tradicional para mejorar la circulación sanguínea. Aunque no hay evidencia concluyente de que pueda eliminar las várices, algunos creen que puede ayudar a promover un flujo sanguíneo más saludable en las áreas afectadas.
Adicionalmente, ambos compuestos son conocidos por sus propiedades para la piel. Se utilizan en productos tópicos, como cremas y ungüentos, para aliviar la picazón, la irritación y la inflamación en la piel. En el caso de las várices, estas hierbas pueden usarse para calmar la piel irritada o enrojecida que rodea las venas varicosas.
Para preparar una agua con estos ingredientes se debe tener a la mano 2 cucharadas de flores de manzanilla secas, igualmente 2 cucharadas de flores de caléndula secas y 2 tazas de agua.
El agua se pone hervir y tan pronto logre su punto de ebullición se retira del fuego y se añaden las hojas de manzanilla y caléndula. El recipiente se cubre y se deja que las hierbas se infundan en el agua durante aproximadamente 10 o 15 minutos. Esto permitirá que las propiedades beneficiosas de las hierbas se liberen en el agua.
Una vez pasado este tiempo la mezcla se cuela y bajo una temperatura tolerable se aplica sobre las zonas afectadas empapando una gasa o una compresa en el agua infusionada otros 15 o 20 minutos.
Se recomienda repetir este proceso dos veces al día o según sea necesario para aliviar la inflamación y la irritación.