Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), el ajo pertenece a la familia de las liliáceas y tiene un aroma distintivo. La FEN también indica que el ajo es originario de Asia Central y era consumido por los obreros que construyeron las pirámides de Egipto debido a su capacidad para proporcionar energía al cuerpo.

Los obreros de las mismas consumían el ajo para tener fuerza en su trabajo. Esta pirámide de la dinastía XIII fue hallada por un grupo de arqueólogos al sur de El Cairo.

El ajo ha sido utilizado de diversas formas a lo largo de la historia. Durante la Primera Guerra Mundial, por ejemplo, se utilizaba en el tratamiento de heridas debido a sus efectos antisépticos. Además, el ajo contiene potasio, yodo, proteínas, vitamina B y compuestos sulfurados, que se pueden aprovechar cuando se consume crudo. Sin embargo, algunos expertos sostienen que sus propiedades no se pierden durante la cocción.

A pesar de esto, la cáscara del ajo no recibe la misma atención y generalmente se desecha, lo que lleva a menospreciar sus propiedades.

La cáscara de ajo tiene beneficios que no son tan conocidos, según Gastrolab Web. Estos beneficios van más allá de envolver y proteger el bulbo y pueden incluir:

1. Reducción del colesterol: Se dice que la cáscara de ajo puede prevenir la acumulación de placa en las arterias, lo que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a su efecto anticoagulante, que mejora la circulación sanguínea.

Los vasos sanguíneos y arterias pueden taponarse por sustancias como el colesterol. | Foto: Getty Images

2. Reducción de la presión arterial: La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que las enfermedades cardiovasculares causan millones de muertes prematuras cada año. La cáscara de ajo se cree que dilata los vasos sanguíneos, lo que mejora la circulación y ayuda a reducir la presión arterial.

3. Alivio de malestares estomacales: Los trastornos digestivos, como el síndrome del intestino irritable, pueden estar asociados con diversos problemas. Según Gastrolab Web, la cáscara de ajo puede ayudar a detener la diarrea y aliviar los síntomas asociados con este tipo de afecciones.

4. Fortalecimiento del sistema inmunológico: Al igual que los dientes de ajo, la cáscara también tiene propiedades antivirales y antimicrobianas que pueden fortalecer el sistema inmunológico. Su olor característico se debe a la presencia de alicina, lo que convierte al ajo en un ingrediente vital para el consumo.

El sistema inmunológico a veces puede ser sobreprotector al identificar sustancias inofensivas como el polen, los ácaros del polvo, el moho y la caspa de las mascotas como invasores extraños que debe combatir; esto puede provocar alergias estacionales. | Foto: El País

Además de sus beneficios para la salud, la cáscara de ajo también puede tener usos en la jardinería y la protección contra plagas. Su aroma y propiedades pueden actuar como fertilizante y repelente de mosquitos cuando se colocan en lugares específicos.

Para preparar el té de cáscara de ajo, Cocina Delirante sugiere seguir estos pasos:

1. Hervir una taza de agua.

2. Cuando el agua hierva, añadir una pizca de polvo de cáscara de ajo.

3. Retirar del fuego.

4. Dejar reposar y consumir al día siguiente.

Otros usos y preparaciones del ajo:

Preparar el ajo es bastante sencillo. Aquí te proporciono algunos métodos comunes para prepararlo:

2. Ajo machacado: Pela los dientes de ajo y machácalos con la parte plana de un cuchillo o utilizando un mortero y una mano de mortero. Este método ayuda a liberar los compuestos del ajo y potencia su sabor. Puedes usar el ajo machacado en marinadas, aliños o para hacer pastas de ajo.

3. Ajo asado: Corta la parte superior de una cabeza de ajo para exponer los dientes de ajo. Rocía con un poco de aceite de oliva y envuelve en papel de aluminio. Asa en el horno a 180°C durante unos 30-40 minutos, hasta que los ajos estén suaves. El ajo asado se puede untar en pan, mezclar en salsas o utilizar como condimento para diversas preparaciones.

4. Ajo encurtido: Pela los dientes de ajo y colócalos en un frasco de vidrio esterilizado. Agrega vinagre de vino blanco, sal y hierbas aromáticas al gusto. Deja reposar durante al menos una semana en el refrigerador antes de consumir. El ajo encurtido es un excelente acompañamiento para ensaladas, platos de carne o como aperitivo.

Ahora, respecto a las recetas para la salud que involucran el ajo, aquí tienes algunas opciones:

1. Sopa de ajo: Saltea ajos picados en una olla con un poco de aceite de oliva. Agrega caldo de pollo, hierbas frescas como el tomillo y deja cocinar a fuego lento durante unos 15-20 minutos. Sirve caliente y disfruta de los beneficios del ajo para el sistema inmunológico y la circulación.

2. Pasta de ajo: Tritura ajos asados con aceite de oliva hasta obtener una pasta suave. Úsala como aderezo para ensaladas, mezclada con mayonesa para salsas o para untar en pan. La pasta de ajo añade sabor y beneficios para la salud en diversas preparaciones.

3. Pollo al ajo: Mezcla ajos picados, jugo de limón, aceite de oliva, sal y pimienta en un tazón. Marina muslos de pollo en esta mezcla durante al menos 30 minutos. Luego, asa o cocina el pollo a la parrilla hasta que esté bien cocido. Esta receta combina los sabores del ajo con proteínas de calidad.

Se puede adaptar las recetas según las preferencias y necesidades dietéticas. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios importantes en tu alimentación.