La salud de las extremidades inferiores del cuerpo es fundamental para llevar una vida activa y plena. La mala circulación sanguínea en las extremidades inferiores puede pasar factura con los años y causar molestias como hinchazón, pesadez e incluso problemas más graves, como varices o trombosis, reduciendo así la capacidad de movimiento.
Expertos recomiendan el desarrollo de algunas prácticas y ejercicios simples y efectivos que pueden ayudar a mejorar la circulación en las piernas.
Lo ideal es que estas actividades puedan ser incorporadas a la rutina diaria para mantener las piernas en movimiento y promover una mejor circulación de la sangre.
- Caminatas regulares: es una de las estrategias más efectivas para activar la circulación en las piernas. Lo ideal sería dedicar por lo menos 30 minutos al día para dar paseos a paso ligero. El movimiento constante de los músculos de las piernas ayuda a bombear la sangre de regreso hacia el corazón, mejorando así su conexión y circulación.
- Elevación de piernas: esta práctica es ideal para personas que pasan mucho tiempo sentadas o de pie y con ella se alivia la presión que estas posturas por un tiempo prolongado pueden traer a las extremidades inferiores. Sentarse en una silla y elevar las piernas hasta que estén paralelas al suelo es la manera correcta de llevar a cabo esta práctica. Esta posición se debe mantener durante algunos minutos para permitir que la sangre fluya de vuelta hacia el corazón.
- Ciclismo estático: la bicicleta estática es una excelente herramienta para mejorar la circulación en las piernas. Realizar este ejercicio física durante al menos 15 minutos todos los días puede ayudar a mantener activas las extremidades. Es una de las actividades más recomendadas ya que el nível de exigencia se puede ajustar de acuerdo a la resistencia y condición física. Actividades como el ciclismo estimulan la circulación y fortalecen los músculos de las piernas.
4. Estiramientos: son fundamentales para mantener la flexibilidad y promover la circulación en las piernas. Todos los días, tal vez en las primeras horas de la mañana, puede resultar conveniente realizar ejercicios de estiramiento de los músculos de las pantorrillas, muslos y glúteos.
Estos estiramientos aliviarán la tensión muscular y facilitarán el flujo sanguíneo. A esto se puede añadir por ejemplo, el caminar en puntillas, pues así se logra estimular la contracción de los gemelos, que, al mismo tiempo, comprimen las venas, facilitando el retorno venoso.
5. Ejercicios acuáticos: la natación y otras prácticas en el agua son ideales para mejorar la circulación en las piernas. El agua proporciona un soporte suave y reduce el impacto en las articulaciones, lo que facilita el movimiento.
Para llevar a cabo estas o cualquier otro tipo de prácticas que permitan mejorar la circulación de las piernas es importante tener en cuenta algunas recomendaciones con el fin de evitar lesiones.
Entre las más importantes están el incremento progresivo de la intensidad en las prácticas y no exigirse demasiado de una manera abrupta ya que puede generar sobrecargas en músculos y articulaciones.
Asimismo, es recomendable, especialmente al inicio de estos ejercicio como prácticas cotidianas, el adecuado descanso y el dar el tiempo necesario al organismo para que se recupere tras el esfuerzo realizado.
También, la ejecución correcta de estos ejercicios supone una recomendación fundamental, pues técnicas equivocadas pueden producir un estrés adicional en los músculos y las articulaciones, aumentando el riesgo de sobrecargas.
El cuerpo constantemente está enviando señales sobre sus necesidades o alteraciones por lo que durante el desarrollo de estas prácticas es muy importante prestar atención a cualquier dolor o incomodidad. En caso de un dolor persistente o sospechas de una lesión, es necesario consultar a un profesional de la salud, médico o fisioterapeuta para obtener un diagnóstico y tratamiento oportuno y adecuado.