La función principal de la tos es proteger las vías respiratorias y los pulmones, permitiendo el aclaramiento de secreciones como moco, partículas extrañas, sustancias nocivas, microorganismos infecciosos, entre otros, al evitar tanto su retención como la aspiración y previniendo una posible infección, reseña la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

A veces, la tos puede ser muy fuerte. | Foto: Getty Images

Estos son algunos consejos para aliviar este síntoma de manera efectiva:

Hidratarse bien con agua y líquidos calientes: Beber mucha agua ayuda a mantener las membranas mucosas hidratadas. Líquidos calientes como caldos, tés y sopas pueden ser especialmente reconfortantes y ayudar a aliviar la irritación en la garganta.

Beber miel con Limón: Mezclar una cucharada de miel con jugo de limón en agua tibia. La miel puede ayudar a calmar la garganta y el limón proporciona vitamina C. Nota: No se recomienda dar miel a niños menores de un año debido al riesgo de botulismo.

Humidificador: Usar un humidificador en la habitación puede añadir humedad al aire, lo que puede ayudar a aliviar la tos, especialmente si es causada por aire seco o irritantes.

Jengibre: El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a aliviar la tos. Haz un té de jengibre hirviendo rodajas de jengibre fresco en agua y añadiendo miel y limón al gusto.

Gárgaras de agua salada: Hacer gárgaras con agua tibia y sal puede ayudar a aliviar la irritación en la garganta y reducir la tos. Mezclar media cucharadita de sal en un vaso de agua tibia.

Tos. Imagen de referencia.

Caramelos y pastillas: Chupar caramelos o pastillas para la garganta puede ayudar a calmar la irritación y reducir la tos.

Dormir bien: El descanso es crucial para la recuperación. Asegúrese de dormir lo suficiente y mantener la cabeza elevada mientras duermes para reducir la tos nocturna.

Evitar irritantes: Evitar el humo del tabaco y otros irritantes ambientales que pueden empeorar la tos.

Cuándo consultar a un médico

Persistencia: Si la tos dura más de tres semanas.

Síntomas graves: Si tienes fiebre alta, dificultad para respirar, dolor en el pecho o tos con sangre.

Condiciones subyacentes: Si tienes condiciones de salud preexistentes como asma, bronquitis crónica o enfisema.