La comida rica en fibra, sobre todo en fibra soluble, prolonga el tiempo que tardan los azúcares ingeridos en absorberse en el intestino.
La fibra prolonga el tiempo de absorción de azúcar y aumenta la viscosidad del contenido intestinal, lo que actúa como barrera física para la absorción de los azúcares en el intestino.
La alimentación es clave
Rocío Maraver y Karla Meneses, nutricionistas de La Mesa Azul, mencionan que se pueden seguir algunas pautas para comenzar el día con los niveles de glucosa bajo control.
Cabe mencionar que en las primeras horas, están muy presentes las hormonas “del amanecer” como el cortisol, o la adrenalina.
La alimentación tiene relación en la respuesta glucémica después de las comidas, por eso hay ciertas claves para lograr disminuir ese pico.
Lo primero que hay que tener en cuenta es elegir fuentes de hidratos de carbono de bajo-medio índice glucémico, como las frutas de temporada, priorizar los panes de harinas de lenta absorción como centeno, en lugar de pan blanco.
También se deben priorizar los lácteos fermentados como el yogurt en lugar de la leche.
El desayuno debe tener una cantidad moderada de hidratos de carbono, además de combinar grasas y proteínas.
Un ejemplo de desayuno ideal sería una porción de fruta, más un yogurt natural, más una tostada con 30 gramos de pan integral con huevo, queso o pavo.
Las cantidades de hidratos de carbono por día deben variar según la edad y el peso de cada persona.
No olvide añadir a su desayuno grasas y proteínas saludables, lo que hará que la glucemia vaya más despacio y la absorción de ese desayuno sea un poco más lenta. Esto disminuirá los picos después de esta ingesta.
Para incluir la proteína puede elegir entre huevos, quesos frescos, conservas de pescado como el atún o proteínas vegetales como el tofu. Para las grasas se recomienda los frutos secos, semillas, aceite de oliva extra virgen o el aguacate.