Los niveles altos de azúcar en la sangre se dan cuando al cuerpo se le dificulta transportar eficazmente el azúcar de la sangre a las células y, en los casos en los que esta situación avanza demasiado, puede ocasionar la diabetes.
De hecho, según algunos estudios, el porcentaje de los adultos en Estados Unidos con diabetes tipo 2 han aumentado, así como la cantidad de personas que se clasificaron como prediabéticos, lo que sumado da cerca de un 50 % de todos los adultos los cuales sufren de alguna condición por los altos niveles de azúcar en la sangre.
Sin embargo, hay algunas formas de cambio de estilo de vida que pueden ayudar a reducir los altos niveles de azúcar en la sangre para evitar llegar a un punto de prediabetes o ayudar al cuerpo si es que ya se está en esa etapa para complementar con posibles medicamentos que hayan recomendado los médicos.
Una de esas alternativas es incorporar el ejercicio en la rutina, hacer levantamiento de pesas, caminar a buen ritmo, correr, manejar bicicleta, bailar, nadar, hacer pilates, entre otros, pueden ayudar a perder peso e incrementar la sensibilidad a la insulina.
Mejorar esa sensibilidad significa que las células pueden distribuir de una forma más sencilla el azúcar disponible en el torrente sanguíneo. Además, la actividad física ayuda a que los músculos usen el azúcar en la sangre para tener energía.
En caso de que se tengan inconvenientes para controlar el azúcar en la sangre, se debe hacer una constante verificación de los niveles para que de esa forma se pueda conocer cómo responde la misma a las diferentes actividades y a evitar que los niveles tengan picos irregulares.
Por ejemplo, mantener un registro diario ayuda a determinar si el paciente que tiene esas dificultades necesita ajustar las comidas o los medicamentos. Además, tomarla antes o después de consumir algunos alimentos ayuda a conocer cómo reacciona el cuerpo a esa ingesta y cuáles son las comidas que no se recomiendan.
Por ello, es necesario medir los niveles de azúcar en la sangre todos los días, varias veces y mantener un registro de las cifras para evitar llegar a etapas como la prediabetes o que, si ya se tiene esa enfermedad, aumente en sus etapas.