Hace siglos que se consume el ajo como alimento medicinal ya que numerosos estudios han confirmado sus propiedades para aliviar los problemas digestivos, circulatorios, tos, los parásitos intestinales y la neumonía, entre otros.
Por su alto contenido de antioxidantes, el ajo es uno de los mejores aliados para hacerle frente al colesterol alto.
Además, este alimento contribuye a mejorar la salud cardiovascular, ya que ayuda a reducir el colesterol, la presión arterial o la agregación plaquetaria.
Estas son 3 formas de consumir ajo para reducir el colesterol
Masticar un diente de ajo
El primero de estos remedios es el más sencillo de los tres para reducir el colesterol con ajo. No obstante, hay una sola forma de consumirlo: crudo.
¿Qué necesitas?
- 1 diente de ajo crudo al día (1 g).
¿Cómo se consume?
- Si le cuesta masticarlo, puedes batirlo o triturarlo junto con la comida, pero siempre sin cocinarlo.
- Puedes aliviar su sabor masticando después unas semillas de anís o unas hojas de perejil.
Ajo y jugo de limón
Un estudio demostró los beneficios para la salud cardiovascular de tomar la combinación de ajo y jugo de limón. Los participantes fueron personas de entre 30 y 60 años con hiperlipidemia moderada durante 8 semanas; los resultados mostraron una mejora en la presión arterial y, también, en los niveles de lípidos.
Ingredientes
- 8 dientes de ajo medianos crudos (20 g)
- 1 cucharada de jugo de limón.
¿Cómo deberías tomarlo?
- Para empezar, tomarás la cucharada de jugo de limón en ayunas.
- Los dientes de ajo los consumirás a lo largo del día, pero siempre crudos. Puedes trocearlos como condimento, batirlos en gazpachos, untarlos en pan tostado, etc.
Ajo negro
Uno de los mayores inconvenientes que presenta el ajo a la hora de consumirlo es su olor. Por este motivo, muchas personas rechazan su ingesta habitual y prefieren buscar otras alternativas para la salud.
No obstante, entre los métodos de procesamiento que se han ido realizando para eliminar su olor, ha resultado muy exitoso y cada vez más popular el ajo negro. Esta variedad se obtiene mediante la maduración a alta temperatura y humedad.
Este proceso de envejecimiento oscurece su color y cambia su sabor y textura. El diente se mantiene en su forma pero se vuelve blando.
Ingredientes
- Cabezas de ajos sin pelar.
- Un recipiente que pueda mantener una temperatura constante de entre 40 °C y 60 °C durante 1, 2 o 3 meses (termo, yogurtera, arrocera, etc.).
- Papel de aluminio.
¿Cómo se prepara?
- En primer lugar, quita solo la capa exterior del bulbo, no la piel más pegada al diente de ajo.
- Después, envuelve las cabezas en papel de aluminio.
- Introduce los ajos en el recipiente que cumpla las características mencionadas y deja macerar, por lo menos, durante 2 meses. Sabrás que están listos cuando el interior se vuelva de color negro. A partir del primer mes, ya lo podrás revisar.