La comida de mar puede resultar como uno de los menús más exquisitos y afrodisíacos en el mundo gastronómico, además, es uno de los alimentos que mayores formas de preparación trae consigo, ya sea frito, cocinado o hasta crudo.
Sin embargo, para este último tipo de preparación, los expertos en el mundo de la cocina recomiendan tener ciertas precauciones al momento de llevarlo a cabo, o simplemente, dejarlo en manos de un especialista en el tema. Asimismo, recomiendan comprar mariscos de alta calidad.
Esto se debe a que, aunque la comida de mar puede ser deliciosa, también puede contribuir a causar enfermedades asociadas con alergias e intoxicaciones alimentarias por productos contaminados o en mal estado.
De hecho, el portal Business Insider explica que las intoxicaciones alimentarias por marisco pueden estar producidas por bacterias patógenas, virus o toxinas naturales presentes en estos animales si no se ha llevado a cabo un control adecuado sobre estos.
Consumir mariscos contaminados o en mal estado puede contraer desde afecciones leves como diarreas hasta otras más serias como salmonela, vibriosis, o incluso hepatitis. Por ello, es necesario tener claro en qué circunstancia se debe ingerir comida de mar.
Teniendo en cuenta lo anterior, estos son algunos de los tips con los que se puede identificar si los mariscos están en mal estado.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), en caso de comprar mariscos congelados se deben descartar aquellos que tengan escarcha o cristalitos de hielo, ya que puede indicar un almacenamiento prolongado o una rotura de la cadena del frío.
El olor también juega un rol importante para identificar la comida en mal estado. En este caso, si el pescado tiene un ligero olor a amoníaco, que se intensifica con la cocción, se debe desechar rápidamente.
De acuerdo con el portal Su médico, otros aspectos para tener en cuenta al momento de comprar mariscos es en su caparazón, este debe ser duro y flexible. Las tenazas del cangrejo, jaiba y langosta deben regresar a su posición original al estirarlas, mientras que el camarón “debe mantener la cabeza y patas firmes al cuerpo, sin presentar anillos negros o grisáceos en la superficie del cuerpo”.
En el caso de las conchas, como en las almejas o mejillones, deben estar completas y bien cerradas, aconsejan.