Las várices son dilataciones anormales y tortuosas de las venas que se desarrollan principalmente en las piernas. Esta condición afecta a millones de personas en todo el mundo y, aunque a menudo no representan un problema grave de salud, pueden causar molestias y preocupaciones estéticas.

Normalmente las venas tienen válvulas que ayudan a mantener el flujo sanguíneo en una sola dirección, evitando que la sangre retroceda. Sin embargo, cuando estas válvulas no funcionan correctamente, la sangre puede acumularse en las venas, lo que lleva a su dilatación y formación de las várices.

Las várices están estrechamente relacionadas con la circulación sanguínea en el cuerpo. La sangre que fluye desde las extremidades inferiores debe regresar al corazón contra la fuerza de la gravedad. Para facilitar este retorno, las válvulas en las venas evitan que la sangre retroceda y mantienen un flujo unidireccional.

Las venas varicosas son venas retorcidas y agrandadas. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

Cuando estas válvulas se debilitan o dañan, la sangre se acumula en las venas, aumentando la presión y provocando la dilatación de las mismas, lo que da lugar a las várices.

Además, las várices pueden estar asociadas con problemas de circulación venosa, como la insuficiencia venosa crónica, donde las venas no pueden bombear la sangre de manera eficiente de vuelta al corazón. Esto puede llevar a una acumulación crónica de sangre en las venas, lo que agrava la formación de estas dilataciones.

En la búsqueda por solucionar esta incómoda situación, muchas personas recurren a preparaciones y remedios naturales, entre los que se encuentra el aceite de romero.

El aceite de romero tiene propiedades vasodilatadoras, lo que significa que puede ayudar a dilatar los vasos sanguíneos, permitiendo un mejor flujo de sangre. Esto puede ser beneficioso para mejorar la circulación en las extremidades y reducir la presión en las venas dilatadas, lo que podría contribuir a aliviar las várices.

Por otra parte, esta preparación contiene compuestos con propiedades antiinflamatorias como ácido rosmarínico y flavonoides. La inflamación puede estar asociada con la formación de várices y otros problemas circulatorios. La reducción de la inflamación puede ayudar a mejorar la circulación y aliviar los síntomas asociados con las várices.

venas hinchadas y retorcidas que pueden verse bajo la piel y suelen aparecer en las piernas. | Foto: 123RF/ El País

Se ha observado que el aceite de romero puede mejorar el flujo sanguíneo en las áreas de aplicación. Un mejor flujo sanguíneo puede ayudar a reducir la congestión venosa y mejorar la circulación en general de la sangre.

Formas de uso

  • Masaje: se puede mezclar unas gotas de aceite de romero con un aceite portador, como aceite de almendras o aceite de coco, y masajear suavemente las áreas afectadas por várices. El masaje puede ayudar a mejorar la circulación y aliviar la sensación de pesadez en las piernas.
  • Baño de pies: se agregan unas gotas de aceite de romero al agua caliente de un baño de pies puede proporcionar un efecto relajante y estimulante para los pies y piernas cansadas.
  • Compresas: se usan diluyendo unas gotas de aceite de romero en agua tibia y empapando una toalla o paño limpio en la mezcla. La compresa se aplica en las áreas afectadas durante unos minutos para obtener alivio.

Aunque el aceite de romero es generalmente seguro para la mayoría de las personas, es importante realizar una prueba de parche antes de usarlo para asegurarse de que no haya una reacción alérgica o irritación en la piel.

Aceite de romero. | Foto: Getty Images

Adicionalmente es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de usar aceites esenciales, especialmente en caso de estar en gestación o tener alguna condición médica especial, ya que puede haber interacciones o contraindicaciones específicas.

Eliminar y prevenir la aparición de venas várices también requiere de otros hábitos como una alimentación saludable, la práctica deportiva de manera frecuente, evitar el uso de ropa apretada, así como cualquier tipo de postura que puede interferir con la adecuada circulación de la sangre.