Las várices son una afección común que perjudica a millones de personas en todo el mundo. Estas venas no solo son estéticamente desagradables, sino que también pueden causar molestias y complicaciones si no se tratan a tiempo y adecuadamente.
Se caracterizan por ser venas agrandadas, retorcidas y abultadas que aparecen principalmente en las piernas por la acumulación de sangre en esta zona, pero en algunas ocasiones afectan otras partes del cuerpo. Esta incapacidad para mover la sangre adecuadamente está relacionada con un debilitamiento de las paredes de las venas y el mal funcionamiento de las válvulas venosas que normalmente evitan el retroceso de la sangre.
No obstante, las condiciones genéticas también se encuentran entre los principales factores de riesgo para el desarrollo de várices. Por eso, si hay familiares cercanos con esta condición, es más probable desarrollarla.
Los síntomas de las venas varicosas pueden incluir sensación de plenitud, pesadez y malestar en las piernas, venas visibles y dilatadas, venas araña (pequeñas venas visibles en la superficie de la piel), calambres en los muslos y pantorrillas, ligera hinchazón en los tobillos, picazón cerca de las venas varicosas y síntomas de piernas inquietas.
En casos más graves, cuando el flujo sanguíneo se ve gravemente afectado, pueden presentarse síntomas como hinchazón de la pierna, dolor después de períodos prolongados de estar de pie o sentado, cambios de color en la piel, aparición de úlceras cutáneas que no cicatrizan fácilmente y engrosamiento y endurecimiento de la piel en las piernas y tobillos con el tiempo.
Permanecer mucho tiempo de pie o sentado sin moverse adecuadamente son otras de las prácticas que dificultan el retorno venoso e influyen en la aparición de las varices. Otras condiciones como el peso corporal también pueden agravar esta condición.
Aunque no existen fórmulas definitivas para la eliminación de las venas várices, hay algunos hábitos que pueden ayudar en su control, disminución y prevención. Realizar ejercicios de bajo impacto, como caminar o nadar, puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea y fortalecer las venas.
También mantener un peso saludable es clave para reducir la presión en las venas de las piernas. Igualmente, elevar las piernas por encima del nivel del corazón cuando se está sentado o acostado puede ayudar a disminuir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo.
Utilizar las medias de compresión es otra de las medidas que puede mejorar la circulación y aliviar los síntomas de las varices, pues estas prendas comprimen las piernas, lo que ayuda a las venas y a sus músculos a mover la sangre más eficientemente.
¿Cómo uso el aloe vera contra las várices?
El aloe vera es una planta conocida por sus propiedades antiinflamatorias. Se cree que tiene gran capacidad curativa y calmante para los diferentes dolores vasculares, por lo que también es beneficiosa para aliviar los efectos de las venas varices en el cuerpo.
De acuerdo con el portal de salud Varicentro, la mejor forma de usar el aloe vera es aplicar un masaje en la zona afectada con algún producto derivado del aloe como gel o aceite. Una alternativa, igualmente efectiva, es pelar una rama de la planta y machacarla para aplicarla como gel.
Cabe decir que antes de utilizar cualquier tipo de remedio, aunque sea casero, es recomendable consultar con un especialista. A continuación, algunos de los mayores beneficios de esta planta para las venas várices:
1. Alivia la sensación de hormigueo
La mayoría de las personas que sufren várices en algún momento también han manifestado sensación de hormigueo. Aplicar aloe vera frío tiene un efecto calmante que refresca la zona de las piernas.
2. Reduce la fatiga
Por todas las actividades que realizamos a diario, las piernas sufren un malestar muscular o fatiga. Para mejorar este síntoma, funciona muy bien un masaje con aloe vera, que puede complementarse con una rutina diaria de ejercicio.
3. Efecto anestésico
El dolor derivado de la retención de líquidos que provoca las várices es muy intenso en algunos casos. Por eso, un masaje con movimientos circulares puede ayudar a calmar el dolor y activar el flujo sanguíneo en las piernas.