Los altos niveles de colesterol en la sangre o hipercolesterolemia, debidos a estilos de vida sedentarios y al consumo excesivo de grasas, son uno de los determinantes de las enfermedades cardiovasculares que, como la OMS señala, son la principal causa de mortalidad en el mundo, por encima del cáncer, la diabetes y el SIDA, entre otras.
Según la OMS, 17,9 millones de personas mueren al año por cuenta de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, que incluyen cardiopatías coronarias, enfermedades cerebrovasculares, cardiopatías reumáticas y accidentes cerebrovasculares. Por tal razón, no sorprende que muchos investigadores busquen formas combatir los estragos del colesterol dentro del organismo, por ejemplo, analizando el efecto de plantas medicinales.
De acuerdo con el artículo ‘Plantas medicinales para el tratamiento de la hipercolesterolemia’, escrito por la investigadora María Tránsito López Luengo y publicado por el medio científico Elsevier, “cualquier tratamiento para la hipercolesterolemia se fundamenta en la adopción de un estilo de vida saludable además del uso o no de fármacos. Así, las medidas higiénico-dietéticas desempeñan un papel importante y están orientadas a reducir el riesgo cardiovascular”, pero además pueden complementarse con fitoterapia, es decir, el consumo de plantas medicinales.
Entre ellas, el artículo destaca las semillas de ispágula o plantago ovata, una planta que tiene mucílago, una sustancia viscosa con la propiedad de absorber grasa y estimular movimientos intestinales, generado un efecto laxante a las 24 horas.
De acuerdo con la autora del artículo, “la ispágula también tiene actividad hipolipemiante (baja los lípidos de colesterol) comprobado en ensayos clínicos en los que se ha visto que disminuye los niveles de c-LDL y colesterol total. Esto es así porque los mucílagos de la ispágula aumentan la viscosidad del bolo, disminuyendo la absorción intestinal del colesterol y aumentando la eliminación fecal del mismo y de los ácidos biliares”. Esto genera que el hígado utilice el colesterol para fabricar más ácidos biliares, bajando los niveles en la sangre.
Otra planta que ayuda a bajar el colesterol es el ajo, tiene “un efecto positivo sobre la hipercolesterolemia, disminuyendo los niveles de colesterol total y c-LDL. Sin embargo, no afecta a los niveles séricos de triglicéridos”, describe el artículo.
Por último, sobre la alcachofa se ha evidenciado un potencial hipolipemiante, utilizándose en fármacos para hipercolesterolemias e hipertrigliceridemias, en disfunciones hepatobiliares, insuficiencia hepática, retención biliar, cálculos biliares y dispepsias. Como aclara la publicación, se emplea en diferentes composiciones, como droga pulverizada, extracto fluido o seco, o en tintura, incluso como una infusión.
No obstante todo lo anterior, vale advertir que estas plantas pueden consumirse o adoptarse en la dieta cotidiana siempre con prescripción médica, puesto que un especialista debe analizar si no tienen contraindicación con la salud de la persona y autorizar la forma, la cantidad y la regularidad para tomarlas.