El crecimiento de los seres humanos es un proceso normal de su evolución y desarrollo. Son cambios fisiológicos que se presentan de forma gradual a medida que se alargan los huesos. Las personas pueden registrar un aumento de peso.
Los estirones más notables del cuerpo se presentan en el primer año de vida, entre los cinco y siete años y luego en la adolescencia. A este se le conoce con el nombre de estirón puberal y constituye el último momento de crecimiento rápido tanto de hombres como de mujeres. Normalmente se da entre los 10 y los 19 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de que comúnmente se ha escuchado que el cabello y las uñas son algunos de los aspectos de las personas que no dejan de crecer, existen otras dos partes del cuerpo que no se detienen. Se trata de la nariz y las orejas.
El motivo por el que esto sucede tiene una sencilla explicación que tiene que ver con el tejido del que están hechas estas partes del cuerpo: el cartílago. El cartílago es un tipo de tejido que está tanto en las articulaciones como en otras partes del cuerpo. Su presencia en la nariz sirve para mantener su estructura y su forma. Sin embargo, con el tiempo las fibras y el colágeno que componen el cartílago comienzan a descomponerse, por lo que se pueden presentar estiramientos.
Según un artículo publicado por el portal 20Minutos, al perder volumen en la cara con la vejez, el aumento del tamaño de orejas y nariz se nota mucho más, así lo explica Arthur W. Perry, cirujano plástico del Perry Plastic Surgery Center, de Nueva York.
“En 1993, un grupo de médicos británicos liderados por el doctor James Heathcote, realizó un estudio que analizó a 206 pacientes de más de 30 años. Observaron que las orejas crecían una media de 0,22 milímetros al año, de tal manera que en 50 años, las orejas aumentaban, en promedio, un centímetro su tamaño”, precisa el mencionado sitio web.
Luego en 1999 se llevó a cabo otra investigación en la que se concluyó que el crecimiento de las orejas se producía tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, se determinó que en el género masculino, el crecimiento era mayor.
¿Qué pasa con los pies?
Yéssica Giraldo Castrillón, médica epidemióloga de la Facultad de Medicina de la Universidad CES, afirma que el crecimiento de los pies se detiene a los 25 años aproximadamente, sin embargo, algunas personas sufren de un crecimiento artificial y aumentan una o dos tallas de lo común, con el pasar de los años.
Los pies tiene tendones y cartílagos que forman un arco plantar, por eso se caracterizan por no ser planos. Y con el pasar del tiempo, según lo confirma la especialistas podrían desgastarse, haciendo que el pie tenga una forma cada vez más plana y por ese mismo motivo la persona sienta que crecieron.
Para evitar que el pie se aplane, los expertos recomiendan realizar actividad física y ejercitar los músculos de esta parte del cuerpo, asimismo evitar aumentar de peso, pues las personas crecen y algunas son más sedentarias.
El mito de las uñas y el pelo de los muertos
Algunas historias de padres y abuelos afirman que una persona cuando muere y se entierra, sus uñas y cabello siguen creciendo. Según los expertos esto podría ser un mito porque para el crecimiento se necesitan células vivas, y si llegaran a crecer serían pocos milímetros.
Sin embargo, el mito podría tener una explicación. Algunos anotan que cuando una persona muere el tejido de la piel se retrae y pareciera que el cabello y las uñas han aumentado, pero sería una ilusión óptica.
“Para que haya crecimiento es indispensable la presencia de nutrientes que garanticen este proceso mediado por sustancias como las hormonas. Cuando los tejidos dejan de recibir los nutrientes y el oxígeno que requieren, las células dejan de crecer. Así sucede con las personas que murieron”, precisa Harold G. Hoyos M., docente de Fisiología Humana de la Uniremington.