Los triglicéridos son un tipo de grasa presente en nuestro organismo que cumple diversas funciones importantes. Por ejemplo, desempeñan un papel esencial como una fuente de energía almacenada en el cuerpo.
Cuando se consumen alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas y carbohidratos, el organismo descompone estas sustancias en sus componentes básicos, incluyendo los ácidos grasos. Estos ácidos se combinan con una molécula de glicerol para formar triglicéridos, que luego son transportados y almacenados en las células adiposas.
La producción de triglicéridos ocurre principalmente en el hígado, aunque también pueden ser sintetizados en otras células del cuerpo y se forman a partir del exceso de calorías que no se utilizan inmediatamente para obtener energía.
Cuando se consumen más calorías de las que se queman, el exceso se convierte en triglicéridos y se almacena en forma de grasa en las células adiposas. Los niveles están influenciados por diversos factores, como la dieta, el estilo de vida y los factores genéticos.
Una dieta rica en grasas saturadas, carbohidratos refinados y azúcares puede aumentar los niveles de triglicéridos. Asimismo, el consumo excesivo de alcohol, la falta de actividad física y ciertas condiciones médicas, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades del hígado, también pueden contribuir a su aumento.
Si los niveles de triglicéridos en el organismo se mantienen altos de manera constante, pueden aumentar el riesgo de desarrollar diversos problemas de salud. Estos incluyen:
Enfermedad cardiovascular: los triglicéridos elevados pueden contribuir a la acumulación de placa en las arterias (aterosclerosis), lo que puede obstruir el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Pancreatitis: Los niveles muy altos de triglicéridos pueden generar inflamación del páncreas que puede ser grave y potencialmente mortal. La pancreatitis aguda puede presentar síntomas como dolor abdominal intenso, náuseas y vómitos.
Resistencia a la insulina y diabetes: los triglicéridos en altos niveles pueden interferir con la función normal de la insulina, una hormona que regula los niveles de azúcar en sangre. Esto puede llevar a una resistencia a la insulina y, a largo plazo, aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Hígado graso: el hígado graso puede causar inflamación, cicatrización y daño hepático, lo que puede progresar a enfermedades más graves, como la cirrosis hepática.
¿Cuáles alimentos elevan los triglicéridos?
Los alimentos que tienen esta característica suelen ser ricos en grasas saturadas, grasas trans y carbohidratos refinados.
Sobre el primer grupo se encuentran productos como las carnes grasas, embutidos, mantequilla, crema de leche, queso, helados y productos lácteos enteros. Las grasas saturadas estimulan la producción hepática de triglicéridos y también pueden aumentar el colesterol.
Por su parte, las grasas trans están presentes en alimentos procesados y fritos como galletas, pasteles, alimentos fritos, comida rápida y margarinas endurecidas. Comúnmente también están asociados con el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los carbohidratos refinados como el pan blanco, la pasta, los cereales azucarados y los alimentos con alto contenido de azúcar también pueden aumentar los niveles de triglicéridos. El consumo excesivo de azúcares refinados puede llevar al hígado a producir más grasa de este tipo y contribuir a la resistencia a la insulina.
Es importante destacar que una alimentación saludable y equilibrada es fundamental para mantener los niveles de triglicéridos bajo control. En lugar de los alimentos mencionados anteriormente, se recomienda incluir en la dieta alimentos ricos en ácidos grasos y omega-3 como pescados grasos (salmón, sardinas, trucha), nueces, semillas de chía y aceite de oliva. Además, es beneficioso incluir frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras en la dieta.
Si hay preocupación sobre los niveles de triglicéridos, es importante consultar a un profesional de la salud o un nutricionista, quienes pueden brindar una orientación personalizada y recomendaciones específicas para mantener una dieta saludable y controlar esta sustancia en el organismo.