Los ataques cardíacos, también llamamos infartos de miocardio, son una afección de salud que se da cuando se obstruye una arteria que lleva sangre y oxígeno al corazón, según explicaron investigadores de la Clínica Mayo.
Aunque se cree que existen señales universales para determinar que se está sufriendo un infarto al miocardio, la realidad es que se puede presentar de diferentes maneras, y según Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los ataques cardíacos son una emergencia médica y se caracterizan por el dolor torácico, aunque no todas las personas lo experimentan igual.
Una persona que atraviesa un ataque al corazón puede sentir dolor solo en una parte del cuerpo o el dolor que inicia en el pecho a los brazos, el hombro, el cuello, los dientes, la mandíbula, el área abdominal o la espalda.
Además, este puede ser muy intenso o leve y se puede sentir como una banda apretada alrededor del pecho, una indigestión intensa, algo pesado apoyado sobre el pecho o una presión aplastante o fuerte. “El dolor generalmente dura más de 20 minutos”, explicó la biblioteca de Estados Unidos.
Los síntomas que más comúnmente se asocian al infarto de miocardio son:
- Presión en el tórax con sensación de pesadez o llenura intensa.
- Presión o dolor en el centro del pecho por varios minutos.
- Mareo.
- Sudores.
- Náuseas.
- Puede presentarse malestar general y dificultad para respirar.
Sin embargo, Medline Plus añade que ciertos tipos de personas, como adultos de edad avanzada, personas con diabetes y las mujeres, pueden tener poco o ningún dolor torácico y presentar síntomas atípicos, como dificultad para respirar, fatiga y debilidad.
Aunque todas las personas podrían sufrir un infarto de miocardio, existen algunos factores de riesgo que se deben tener en cuenta:
- Edad: Los hombres mayores de 45 años y las mujeres mayores de 55 años pueden tener más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco en comparación a los hombres y las mujeres más jóvenes.
- Fumar: El consumo de tabaco y la exposición por largo tiempo al humo de segunda mano pueden ser un factor determinante.
- La hipertensión: Con el paso de los años, presión arterial alta puede causar daños en las arterias que conducen al corazón y por ello aumenta el riesgo de que estas fallen y se produzca un infarto.
- Altos niveles de colesterol o triglicéridos: Es muy probable que un nivel alto de colesterol de lipoproteínas de baja densidad estreche las arterias. Un nivel alto de algunas grasas en la sangre, denominadas triglicéridos, también aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
- Obesidad: La obesidad está asociada con la presión arterial alta, la diabetes, niveles altos de triglicéridos o colesterol malo, por lo que incrementa los riesgos de padecer un infarto.
- Diabetes: Los niveles de glucosa sanguínea aumentan cuando el cuerpo no produce una hormona denominada insulina o cuando no puede usarla correctamente, lo que incrementa el riesgo de tener fallos en el corazón.
- Antecedentes familiares de ataques cardíacos: Si un familiar cercano ha tenido un ataque cardíaco a una temprana edad, es decir, antes de los 55 años en los hombres y antes de los 65 años en las mujeres, se puede correr un mayor riesgo.
- Sedentarismo: La falta de actividad física se ha relacionado con un mayor riesgo de sufrir ataques cardíacos.
- Dieta no saludable: Tener una dieta con alto contenido de azúcar, grasas animales, alimentos procesados, grasas trans y sal aumenta el riesgo de tener un ataque cardíaco.
- Estrés. El estrés emocional, como la ira extrema, puede aumentar el riesgo de tener un ataque cardíaco.
- Consumo de drogas ilícitas. La cocaína y las metanfetaminas son estimulantes. Pueden provocar un espasmo de la arteria coronaria y ocasionar un ataque cardíaco.