Café es una palabra que viene del árabe qahwah. Traducido a español significa estimulante. Nada más su etimología da señales de lo que causa esta bebida común y muy querida en Colombia y el mundo. Pero por más valorada que sea, como reza el dicho, todo en exceso es malo.
Y eso se ha comprobado con estudios. Algunos señalan los beneficios del café, otros las consecuencias negativas de su consumo. Es más, de acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la bebida es considerada parte de una dieta saludable para algunas personas.
Para otras como las embarazadas, las lactantes, aquellas con afectaciones cardiovasculares, gástricas o mentales, por la reacción química que el café genera, aconsejan no tomarlo.
“La dosis adecuada de café varía según cada persona. Según la FDA, una persona adulta puede tomar hasta 400 miligramos de cafeína al día, lo que se traduce en 4 tazas de café aproximadamente. Pero hay que tener en cuenta ciertos factores como el peso, si se padece alguna patología, si la persona toma medicamentos, etc, ya que el consumo de esta bebida puede influir negativamente en la salud”, explica Business Insider.
La cantidad de café que se puede consumir si se tiene la presión arterial alta
Según una reciente investigación publicada por Journal of the American Heart Association, la revista científica de la Asociación Americana del Corazón, una taza de café y el consumo diario de té verde no aumentan el riesgo de muerte relacionada con enfermedades cardiovasculares en ninguna medición de la presión arterial, aunque ambas bebidas contienen cafeína.
El estudio detalla que una taza de 8 onzas de té verde o negro contiene entre 30 y 50 miligramos de cafeína, y una taza de 8 onzas de café, entre 80 y 100 miligramos.
Por otra parte, investigaciones realizadas anteriormente indicaban que tomar una taza de café al día puede ayudar, a quienes han sufrido infartos de corazón, a reducir el riesgo de muerte tras el evento. Además, esta bebida puede prevenir infartos o derrames cerebrales en personas sanas.
De la misma manera, el doctor Donald Hensrud, presidente de la División de Medicina Preventiva, Ocupacional y Aeronáutica, afirma que los estudios encontraron una posible asociación entre el café y la disminución de la mortalidad. El café puede ofrecer alguna protección contra “la enfermedad de Parkinson, diabetes tipo 2 y enfermedad hepática, incluido el cáncer de hígado”.
Además, el consumo de café puede ayudar a controlar el apetito y reducir el riesgo de depresión o aumentar el estado de alerta, aunque no está claro si este efecto se debe a la cafeína o a algún otro componente del café. En cuanto a los efectos nocivos, un exceso de esta bebida puede elevar la tensión arterial y provocar ansiedad, palpitaciones y dificultad para dormir.
Hiroyasu Iso, profesor emérito de la Universidad de Osaka, Japón, realizó una investigación sobre los efectos del café en personas con hipertensión. “Nuestro estudio pretendía determinar si el conocido efecto protector del café se aplicaba también a personas con distintos grados de hipertensión y examinó los efectos del té verde en la misma población. Hasta dónde sabemos, este es el primer estudio que encuentra una asociación entre beber dos o más tazas de café al día y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares entre personas con hipertensión grave”, comentó el experto.
La presión arterial alta es una enfermedad que afecta a las arterias del cuerpo y se conoce como hipertensión. Con esta condición médica, la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es muy alta constantemente y el corazón debe trabajar más para bombear sangre.
“La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mm Hg). En general, la hipertensión se corresponde con una lectura de la presión arterial de 130/80 mm Hg o superior”, según la Clínica Mayo.
Los resultados del estudio revelan que tomar dos o más tazas de café al día se asoció con el doble de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en personas con una presión arterial de 160/100 mm Hg o mayor en comparación con las que no tomaban café.