Dejar de fumar puede llegar a ser un verdadero reto para quien busca alejarse del tabaco, un proceso largo y que debe saber llevarse, ya que puede terminar en problemas de sobrepeso o volviendo al consumo de cigarrillo con más arraigo.
Lo primero a tener en cuenta cuando se piensa en dejar de fumar es saber que no se va a dar de un día para otro, sin embargo, sí existen factores que ayudan a que una persona pueda llegar a sentir ansias de consumir tabaco.
Según expertos, algo que suele suceder al empezar a dejar de fumar en el aumento de ansiedad, la cual, casi siempre, es calmada con el exceso de comida, lo que puede generar un consumo excesivo de calorías.
En este sentido, es común ver que las personas que quieren dejar el cigarrillo coman muchos productos a base de harina refinada como pan, reposterías dulces, ya que elevan la insulina en el cuerpo de inmediato gracias a la glucosa que generan los alimentos.
Este impulso de energía dado por la azúcar puede ir acompañado de un bajón que hará pensar a la persona que necesita volver a fumar para simular la respuesta del cerebro a la glucosa.
Otro hábito que se debe dejar de lado si se pretende dejar de fumar es el de beber alcohol, ya que comparten mecanismos cerebrales que generan placer, por lo que puede ser un punto débil para la persona.
Por último, es importante recordar que la presión arterial y el ritmo del pulso de una persona bajan a la normalidad después de 20 minutos de dejar de fumar, según la Biblioteca Nacional de Medicinal Medline Plus.
De la misma manera, después de 12 horas de haber dejado de fumar, los niveles de monóxido de carbono en la sangre caen a niveles normales. Por lo que dejar de fumar seguramente es un proceso que su cuerpo le agradecerá.